El juego es una parte fundamental en el desarrollo de las habilidades del niño, desde el juego simbólico a la comprensión de situaciones sociales. En los niños con autismo, este aspecto suele estar afectado. Las dificultades para llevar a cabo determinados juegos son evidentes, problemas en la imitación de acciones, o de llevar al juego las situaciones cotidianas de la vida son algunas de las dificultades que el niño con autismo puede presentar.
El juego es una vía natural para el desarrollo de muchas acciones cotidianas, desde el juego en solitario al juego en grupo. Potenciar modelos de juego como una vía de enseñar al niño con autismo a comprender situaciones habituales es básico. Pero para ello debemos saber qué tipo de enfoques serán los más adecuados. Qué debemos enfatizar en el desarrollo del juego para ayudar al niño a comprender mejor las situaciones de acción-reacción, o incluso para enseñar a esperar turnos, a desarrollar el juego simbólico, e incluso, a trasladar modelos basados en la Teoría de la Mente al juego en sí, de forma que el niño pueda posteriormente saber ubicarse de forma adecuada en un contexto real.
Basados en estas premisas, un grupo internacional de investigadores llevan algún tiempo trabajando en modelos de juego que sean útiles para este fin. Y para ello han usado unos juguetes muy populares, los clics de Playmobil y más en concreto, el Castillo de los Caballeros. Con los cuales han diseñado un sistema de juego aumentativo muy interesante que les presentamos a continuación.
Fomentar las capacidades del niño, desde la fantasía a la interacción social es el objetivo del proyecto “The Augmented Knight’s Castle”, un proyecto destinado a evaluar un sistema que mejore las capacidades del niño a través del juego, aunque en este caso sea un juego “un poco especial”. Los investigadores han llevado a cabo algunas modificaciones en el popular juego convirtiéndolo en un juego aumentativo. Para llevar a cabo el estudio se crearon cuatro grupos de niños con un diagnóstico de autismo. Tres grupos eran niños ( dos grupos con edades entre los 13 a 13 años y un grupo de 9 a 10 años) y un grupo de niñas (de 9 a 10 años). Tanto el castillo como muchos de los clics fueron sometidos a un proceso de modificación, siendo añadidos diversos sistemas tecnológicos para disponer de un control sobre los movimientos, reacciones, etc. Se introdujeron una serie de aditamentos que en función de la ubicación hacían “hablar” a los clics, para de esta forma poder simular situaciones sociales. Para llevar a cabo el experimento se dispusieron de dos juegos idénticos del Castillo de los Caballeros, uno de ellos había sufrido este proceso de actualización tecnológica y el otro no. Y una vez los grupos diseñados y los dos juegos listos se puso en marcha el proceso de jugar con los niños.
Los resultados nos dicen que los niños mejoraron mucho en su comprensión de las situaciones sociales en base al juego, que incluso, la predictibilidad de determinadas situaciones consiguió captar su atención de forma mayor en el juego con el sistema aumentativo que con el juego sin ese sistema. La interacción de los jugadores y el narrador del juego fue mucho mayor, incluso cuando se cambiaban los roles en el juego. Este estudio nos demuestra como el uso de la tecnología puede ser de gran utilidad para ayudar a desarrollar las habilidades sociales y de comprensión de situaciones de los niños con autismo. Y a su vez, nos da pautas a seguir a la hora de organizar y planificar juegos que sean de mayor calidad a la hora de mejorar las habilidades del niño. Un mayor nivel de atención y de implicación en el juego, una predictibilidad en las acciones y un entorno de juego mucho más comprensible va a ser un factor de relevancia para trabajar en este área tan importante.
ANEXOS:
An Augmented Toy and Social Interaction in Children with Autism
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