29 de marzo de 2012

Argentina: Concientización sobre el autismo

Seis de cada mil niños menores de diez años padecen este trastorno que puede mejorarse gracias a los últimos desarrollos terapéuticos-educativos.

El autismo comienza a manifestarse entre el primer y tercer año de vida.


Por Fga. María Berenice Luque (*)

En el año 2007 la ONU decidió designar el 2 de abril de cada año como el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, con el fin de aumentar la conciencia pública sobre este trastorno que representa una crisis de salud global de gravedad creciente (considerado incluso epidemia); y a la vez generar actividades de difusión sobre la importancia del diagnóstico precoz y la intervención temprana; y a través de eventos comunitarios globales, propender a la inclusión social de las personas con autismo y sus habilidades y talentos distintivos.

Según estudios epidemiológicos realizados en diferentes países, la prevalencia del autismo en la población era de 4 a 5/10.000, pero las alteraciones del espectro autista eran mucho más frecuentes y se encontraban en una proporción de 2 a 3 /1.000. Actualmente se evidencia un preocupante aumento de la incidencia de este severo trastorno del desarrollo humano en la población infantil ya que 6 de cada 1000 niños menores de 10 años lo padecen.

En la actualidad no es posible curar el autismo pero el trastorno puede mejorarse en la mayoría de los casos. La condena de las personas con autismo a la soledad, su aislada reclusión, no es inapelable. Gracias a los desarrollos terapéutico-educativos de los últimos años las personas con autismo pueden acceder a formas más equilibradas y placenteras, más complejas, más abiertas, más flexibles y significativas de experiencia humana.

El autismo comienza a manifestarse entre los 12 -18 meses y los 3 años y se caracteriza por presentar alteraciones en las siguientes áreas del desarrollo:

-Relaciones sociales: puede ir desde el aislamiento completo (no dejarse tocar, no mirar a los ojos, huir del contacto social) a dificultades para comprender sutilezas sociales y relacionarse sobre todo con su grupo de pares (suelen no gustarles los cumpleaños y las fiestas, las salidas a lugares muy ruidosos y multitudinarios).

-Comunicación y lenguaje: pueden no presentar lenguaje u otros códigos comunicativos alternativos (gestos, miradas), llevar a los adultos de la mano para alcanzar lo que quieren en vez de señalar, usar palabras sueltas para pedir o utilizar un lenguaje copiado de los personajes favoritos de la TV, pueden parecer “sordos” y no darse vuelta cuando lo llaman, no entender consignas, no prestar atención al lenguaje o en los casos mas leves no comprender chistes, dobles sentidos y metáforas, necesitando hablar de temas de su interés sin percatarse del interés de los demás, resultando obsesivos y monotemáticos.

-Imaginación, juego e imitación: en los casos mas graves no juegan con nada, pueden tener conductas repetitivas como golpear objetos, andar con algo en sus manos o boca, pareciendo no interesarse por nada y deambulando sin sentido, no intentan imitar a otros. En los casos no tan graves pueden presentar juegos estereotipados (apilar cosas, hacer rodar objetos cilíndricos, acomodar una fila de autitos u otros juguetes, fascinarse por el ventilador u otros objetos giratorios, dar vuelta los autitos para hacerles girar las ruedas). No realizan juegos simulados (un palo de escoba como caballito, una caja de zapatos como camita para muñecas). En los casos más leves presentan dificultades para juegos sociales, reglados, espera de turnos, juegos imaginativos y creativos, pudiendo apegarse a películas, videos y otras actividades repetitivas.

-Anticipación y flexibilidad: tienden a realizar actividades repetitivas, presentan dificultad para aceptar cambios en sus rutinas (pueden llegar a tener serias crisis cuando se le cambia algo de lugar), en los casos más severos presentan conductas sin metas, aleteos con los brazos, movimientos repetitivos una y otra vez. Cuando son pequeños no levantan los bracitos para que los alcen. Suelen querer ir siempre por el mismo camino, o ver una y otra vez el mismo video, o el mismo cuento.

Sus intereses son así limitados, ya que la falta o dificultad para adaptarse a los cambios, los hace inflexibles y ritualistas. Otras características comunes son la aparente insensibilidad al dolor, no percepción del peligro, dificultades con el control de esfínteres (sobre todo anal), gran destreza motriz, habilidad para construir rompecabezas, reconocer letras y números desde muy pequeños, tener un exceso de actividad o todo lo contrario.


Suelen presentar accesos de llanto inexplicables o risas inapropiadas; dificultades para dormir, rabietas y gritos sin motivo aparente, asustarse con ruidos de aparatos eléctricos, molestia con ciertas texturas de la ropa (se sacan los zapatos), no toleran algunos abrigos; reacción desmedida ante algunos ruidos y ser muy selectivos con la comida. Los hábitos de independencia tales como bañarse o cepillarse los dientes suelen estar alterados.

Un diagnóstico temprano y una intervención terapéutica y educativa especializada son imprescindibles para garantizar un mejor desarrollo personal de los niños/as con este trastorno y una mejor calidad de vida para ellos y sus familias. El abordaje interdisciplinario del autismo es indispensable, ya que una sola disciplina no puede ni debe dar cuenta de este trastorno tan severo del desarrollo humano.

En el Hospital Provincial de niños Zona Norte, desde el año 2004, funciona el Servicio Interdisciplinario “El Angel” destinado a la atención diagnóstica y terapéutica- educativa de niños/as con trastorno del espectro autista de escasos recursos económicos. Las estrategias de trabajo están basadas en un conjunto de actividades que permiten realizar un abordaje adaptado a las características de cada niño en particular.

El equipo interdisciplinario es dirigido y coordinado por la Fonoaudióloga María Berenice Luque y está integrado por las Licenciadas en Fonoaudiología Leticia Pogliano, Ana Clara Isaias y María Laura Carcovich; la Psicóloga Georgina Mansilla, la Musicoterapeuta Laura Uribe y la Profesora en Educación Especial Yamile Díaz.

(*) Jefa del Servicio “El Angel" del Hospital Provincial de Niños Zona Norte y coordinadora del curso de “Capacitación en Acompañamiento Terapéutico” dependiente de la Secretaría de Extensión de la Facultad de Psicología desde el año 2006.