29 de junio de 2012

¿Qué es el autismo? (I)


Bajo la pregunta que da título a esta entrada se esconde un vastísimo y complejo campo de estudio, que convierte en un reto inabarcable responderla en unas pocas líneas. Lo que me propongo aquí es hacer una brevísima síntesis de lo que es el autismo, de manera que contribuya a desterrar algunos mitos muy arraigados entorno a estos trastornos.

¿Qué es el autismo?

En primer lugar, conviene aclarar que cuando hablamos de autismo no nos estamos refiriendo a un síndrome monolítico y determinado, sino más bien a un espectro de trastornos, con características nucleares comunes entre ellos, pero también con enormes diferencias. Es por ello que hablaremos, en adelante, de Trastornos del Espectro Autista (TEA).

Entre los TEA encontramos síndromes como el autismo típico, el síndrome de Asperger o el trastorno generalizado del desarrollo no especificado, que no nos detendremos en describir ahora. Lo que sí haremos es preguntarnos ¿Qué es, entonces, lo que define a los TEA? ¿Qué características tienen en común estas personas?

Estas características comunes suelen describirse como una “tríada de alteraciones” (Happé, 2007), esto es:

-Problemas de comunicación: estos problemas pueden ir desde la ausencia total de lenguaje, incluso gestual, a la existencia de un lenguaje fluido pero extraño, con déficits en sus usos sociales y prácticos.

-Problemas de socialización: pueden ir desde el rechazo de todo contacto social (incluido el contacto físico), a la falta de comprensión de las dinámicas sociales, el porqué del comportamiento de los otros, la empatía, la ironía…

-Problemas de imaginación: un niño con autismo quizás pueda pasar horas jugando con un coche de juguete, pero no juegue a aparcarlo, o a que una familia se monta dentro. Así mismo, un adulto autista encontrará muy difícil imaginar situaciones futuras si nunca se ha visto envuelto en ellas con anterioridad, y por lo tanto le costará planificar sus acciones ante estas situaciones.


A esto se une la existencia de patrones repetitivos y restringidos de comportamientos, intereses y actividades.

Pero ¿qué tiene de particular un cerebro autista?. Bien, resumiendo la tendencia general de diversos autores, (Happé, 2007, Rivière, 2000, Frith, 2004 ) podemos resumirlo en tres déficits centrales:

-Problemas en la coherencia central, esto es, de la capacidad para centrarse en la globalidad de una situación, de un problema, en lugar de en sus partes. Las personas con autismo tienden a fijarse en partes de objetos, en lugar de en el objeto entero, en objetos concretos dentro de un conjunto de ellos.

-Problemas en las funciones ejecutivas, es decir, las que nos permiten “gobernar” nuestra mente (planificar, supervisar, evaluar, imaginar, flexibilizar, improvisar, etc.)

-Problemas en la teoría de la mente. Mediante esta teoría, generada por cada uno de nosotros a partir de nuestras experiencias sociales, somos capaces de atribuir “estados mentales” a los demás. Somos conscientes de que los demás tienen mentes ajenas a la nuestra, y que, por ejemplo, pueden saber cosas que nosotros no sabemos, y viceversa. A causa de los problemas en esta habilidad, a una persona autista puede serle difícil mentir, esconder objetos, ponerse en el lugar de otra persona, comprender las reacciones de los demás, etc.

Vía| Happé, F. (2007) Introducción al autismo. Alianza Editorial. Frith, U. (2004) Autismo: hacia una explicación del enigma. Alianza Editorial. Riviére, A. Martos, M. (2000) El niño pequeño con autismo. APNA Guía de buena práctica para el tratamiento de los trastornos del espectro autista. Preguntas más frecuentes sobre TEA. Instituto de Salud Carlos III (2004)

Más Información| Qué nos pediría un autista (Ángel Rivière)

(Tomado del Blog Queaprendemos)


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