26 de febrero de 2012

La asociación de autistas de Vigo se queda al borde de la calle por un embargo

Emprende una campaña de captación de socios para poder comprar el local

La Asociación Autismo Vigo ha emprendido una campaña urgente para captar nuevos socios colaboradores y ajustar sus ingresos para hacer frente a la compra del local en el que trabajan desde hace más de tres años.

Su oficina se encuentra en el número 108 de la Avenida de Camelias, un edificio de viviendas con locales en el semisótano que fueron embargados a su propietario y que fueron adjudicados al BBVA tras una subasta pública.

La entidad trató de echarles para tomar posesión del local el pasado día 2 de enero. Aquel día se encontraron una fotocopia debajo de la puerta en la que les indicaban que vendrían del juzgado a cambiar las cerraduras y a precintar el local. Ante este anuncio, acudieron al juzgado para explicar que en el edificio subastado hay inquilinos con derechos de ocupación.

Así consiguieron paralizar la ejecución hipotecaria, junto con otras tres empresas afectadas del mismo bloque. Ayer se celebró una vista en el Juzgado de Primera Instancia número 6 de Vigo en la que pudieron aportar diversa documentación para hacer valer su derecho de permanecer ejerciendo su trabajo en este espacio.

La asociación había firmado un contrato de compraventa del local en el año 2009 con la sociedad Frapejus S.L. Llegaron a adelantar al propietario un total de 24.500 euros, pero fue un dinero perdido. A pesar de que requirieron al representante de la propiedad a que acudiera a la notaría para otorgar la escritura del local, éste nunca se llegó a presentar. «Si hubiéramos conocido los problemas económicos que tenía, no hubiéramos pagado nada», manifestó ayer Esperanza Domínguez, presidenta de la asociación.

Negociación

Ahora les toca negociar con el banco, que les pide cien mil euros por las oficinas que ocupan, con una superficie de unos 75 metros cuadrados. Pero el escenario es diferente para poder afrontar semejante inversión, con con pérdida de subvenciones, menos empresas colaboradoras y poca disposición por parte de las entidades bancarias en facilitar las cosas.

«La asociación está pasando momentos complicados porque hemos perdido muchos socios por culpa de la crisis», afirma la responsable del colectivo. Por otro lado, las condiciones para la compra no son tan ventajosas como cuando firmaron el contrato de compraventa.

En abril del 2010 la asociación tenía aprobado un préstamo para poder efectuar la compra con un interés del 3,5 por ciento. Cuando fueron a comparecer ante el notario se encontraron con que los bienes de la sociedad estaban embargados por el BBVA, por lo que resultó imposible realizar la operación.

Además, durante este tiempo perdieron subvenciones por no poder demostrar la titularidad del local en el que llevan a cabo su labor.

«El momento es muy difícil, por lo que hemos comenzado ya una campaña de captación de socios colaboradores para poder continuar con nuestra labor», afirmó ayer Esperanza Domínguez. Esta campaña se llevará a cabo mediante el reparto de folletos explicativos en diferentes comercios y establecimientos de la ciudad.


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