11 de noviembre de 2012

Argentina: Un ejemplo más del maltrato que reciben padres y personas con autismo

El miércoles 7 de noviembre a las 13:40 fui de compras a un supermercado de Av. Rocamora con mi hijo Gabriel de 5 años.

Gabriel tiene certificado nacional de discapacidad y está medicado con un antipsicótico (Invega, paliperidona 3mg). Además concurre 2 veces por semana a psicopedagoga, fonoaudióloga y terapista ocupacional. Su certificado dice que padece Trastorno General del Desarrollo del Espectro Autista sin especificar, su mente es la de un niño de aproximadamente 2 años y hace poco que empezó a hablar.
Cuando no obtiene lo que desea presenta un fuerte sentimiento de frustración haciendo fuertes berrinches gritos, pataleos, tirarse al suelo.

Ese día de intenso calor nos dirigíamos a la escuela Nº 3 Rocamora, donde él está integrado. Allí comparte con niños "normales" las rutinas, pero no ha podido incorporar ningún contenido cognitivo.
Mientras esperábamos la hora de entrada (a las 14) fuimos al supermercado a "hacer tiempo" y compramos un alimento para gato, un paquete de galletitas dulces y una gaseosa pequeña.

Dadas las altas temperaturas, él estaba todo colorado, sediento y como quise evitar el berrinche, cuando me pidió que le abra la gaseosa accedí.

Nos dirigíamos a la caja y ya estábamos a unos 70 cm de encolumnarnos en la cola para pagar, cuando el guardia de seguridad me dice que debo abonar la gaseosa.

Le respondo que sí, que estamos en la cola justamente para pagar.
Insiste que no, que ahora debo pagar la gaseosa y luego volver a la cola porque en el local no se puede consumir ni bebidas ni alimentos.

Le explico la situación especial de mi hijo, le digo de los berrinches, que es discapacitado y que ya estamos en la cola esperando nuestro turno y que no me estaba negando a pagar.

Se ensaña con nosotros delante de la gente e insiste que ahora debemos pagar.

Le digo qué bueno, porque solo llevamos tres cosas y ya de paso nos vamos, insiste en que debemos pagar ahora solo la gaseosa y nos obligó a colarnos por sobre los demás clientes y luego seguir nuestras compras (estábamos en la cola para pagar).

Le digo que se quede tranquilo, que no nos vamos a ir sin pagar la gaseosa pero él nos pone en evidencia delante de la gente de que estamos en “infracción”.

Me repetía ¡¡¡Usted no entiende tiene que pagar !!! porque eran las normas del local y yo le decía que no era mi intención irme sin pagar ...

Finalmente me hizo pasar por encima de los demás clientes. Solo pagué la gaseosa y me fui con la promesa de nunca más volver y agregué que una norma de un local no puede estar por sobre una legislación que protege al discapacitado ni el sentido común.

Me dolió mucho el ensañamiento, la insistencia. No nos estábamos robando nada, estábamos en la cola esperando para pagar en un local donde supuestamente también hay cámaras.
Parecía que disfrutaba haciéndonos sentir en "Delito".

Es lamentable la falta de profesionalismo de esta persona que vestía un uniforme de una empresa de seguridad, cuyo rol es proteger a los clientes y tener conocimientos de resolución de conflictos sin utilizar el maltrato y falsas acusaciones, donde la OMIC ya tomó intervención.

Andrea Leandra Gómez
DNI: 17.876.466
Docente.

No hay comentarios: