9 de mayo de 2012

El autismo de su hijo le da al golfista Ernie Els una gran motivación


(CNN) —
Para Ernie Els, el hombre apodado The Big Easy, no es momento de sentarse a descansar.

Es uno de los golfistas más exitosos del mundo: con 42 años, ha ganado 3 campeonatos importantes y ha sumado casi 70 victorias en una extraordinaria carrera de 22 años.

Pero lejos de sentarse en la cima de su gloria golfística, el sudafricano pone todo su esmero —y sus millones— en una importante causa con la que se identifica.

Al hijo del exnúmero uno del mundo se le diagnosticó autismo hace cinco años y Els planea abrir un centro de investigación y educación a nivel mundial, “algo jamás visto en el mundo”.

“Tenemos un hijo con autismo. He visto familias con tres hijos que padecen autismo y quiero decirles que es una de las cosas más difíciles del mundo, puesto que hacer las cosas cotidianas puede llegar a ser casi imposible”, dijo a CNN.

“Tiene nueve años y aún no habla. Asiste a una escuela muy buena en Florida. Esa es otra de las cosas que aún no existe en el mundo, la educación para niños autistas. Por eso nos mudamos de Inglaterra a Florida, para que recibiera un buen tratamiento”.

Hasta hace poco, Els había mantenido a su familia en el plano privado. Actualmente utiliza su estatus –como ganador del U.S. Open en 1994 y 1997 y del British Open en 2002- para ayudar a fundar la Fundación Els para el Autismo en Florida.

Desde 2009, ha sido anfitrión de torneos de golf para recaudar fondos destinados al centro de sus sueños. Este tendrá oficinas centrales en Florida pero se espera que sus programas e investigaciones ayuden a niños autistas de todo el mundo.

Els también ha recaudado 25 millones gracias al proyecto, pero aún le faltan 5 millones para alcanzar su meta para iniciar la construcción.

Y el hombre que alcanzó el tope en la lista de dinero del Tour europeo en 1993 y 1994, que ha recibido su apodo con base en sus 1.92 cms de altura y tiene un swing natural en el golf, no ha limitado sus esfuerzos en la investigación del autismo.

La fundación de Elf, que ahora está en su 13er año, se estableció para ayudar a niños con escasos recursos a que practicaran algún deporte en su ciudad natal de Sudáfrica.

También contribuye con la economía de la región del Cabo donde creció, invirtiendo en el negocio del vino y los restaurantes, además de haber participado en el diseño de un resort de golf que ha ganado distinciones.

Así, mientras que Els pasó la mayor parte de su vida tratando de forjarse un nombre como uno de los mejores golfistas del mundo, ahora dice que quiere ser recordado por haber dedicado el resto de su vida a la investigación del autismo.



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