Una de las teorías al respecto, la cual
ha sido avalada por muchas personas con autismo al darnos su testimonio,
es precisamente lo contrario de lo que a priori podíamos pensar, y es
que están hiper-conectadas. Para ser más exactos, esta hiper-conexión
está relacionada con una mala “sintonía” de los sentidos. Por ejemplo:
Si estamos cenando en una mesa con amigos, se pueden dar tres
conversaciones simultáneas, pero tenemos la capacidad de “eliminar” las
conversaciones de los demás y centrarnos en la que estamos teniendo.
Esto para un niño con autismo suele ser extremadamente difícil, oye
todas las conversaciones a la vez, mezcladas. Si nos ponemos una camisa
de seda, notaremos la suavidad del tejido sobre la piel, un niño con
autismo podría percibir la sensación de que la camisa está hecha con
papel de lija. Un abrazo, para él puede resultar una agresión. Y así, un
sinnúmero de factores relacionados con las capacidades sensoriales del
niño. Las cuales también están afectadas.
Ante esta situación de saturación
sensorial, el niño tenderá a “aislarse” como un sistema de protección
ante la “agresión” que percibe. Y apreciaremos todas esas conductas
descritas, que sumadas a los problemas de comunicación muestra un cuadro
típico de autismo.
Hay infinidad de literatura y estudios
sobre los problemas relacionados con el lenguaje y la comunicación -que
es sin duda un aspecto muy serio-, pero cuando hablamos de los
desordenes sensoriales, la cantidad de información cae estrepitosamente.
Una de las primeras acciones a realizar en la intervención en el niño
con autismo suele corresponder a establecer un sistema de comunicación.
Sin comunicación no hay aprendizaje, y sin aprendizaje no hay avances. Y
sin avances, todos sabemos lo que sucede.
Una vez el niño comienza a comunicarse
las cosas suelen cambiar y vemos como el estado en general mejora. Pero
no lo que se podría conseguir en una intervención a todos los niveles.
Nos dirán que esto es muy lento, que hay que tener paciencia, y es
cierto, es lento y hay que tener paciencia, pero también debemos de ser
conscientes de la gran importancia que tiene “sintonizar” adecuadamente
los aspectos sensoriales del niño.
A medida que avancemos en la
integración sensorial, mayores serán los avances en el apartado de
comunicación, contacto visual, socializar e incluso en aspectos como ir
al baño o al alimentación. En suma, debemos abordar la intervención
desde diversos frentes, por supuesto, siempre bajo la estricta
supervisión de profesionales, que son quienes deberán diseñar el mejor
modelo para cada niño. No lo olvidemos, la intervención debe adecuarse a
las capacidades y necesidades del niño, nunca al revés.
Una acción combinada nos dará mejores
resultados, y haremos que el niño adquiera capacidades un poco más
rápido. Y hablando de niños, su tiempo es oro, no lo desperdiciemos.
ANEXOS PARA SABER MÁS SOBRE INTEGRACIÓN SENSORIAL:
(Tomado de Autismo Diario: http://autismodiario.org/2011/10/07/desordenes-sensoriales-autismo-no-significa-aislamiento-sino-todo-lo-contrario/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario