Según indicó Ratti, las dificultades para mantener contacto visual, que los chicos parezcan desatentos o se muestren indiferentes a la presencia de otras personas, que jueguen sistemáticamente solos o que tengan dificultad para relacionarse con sus compañeros pueden ser algunos síntomas del trastorno de espectro autista. Además agregó que el apegarse a rutinas, la realización de movimientos o conductas repetitivas y el retraso en la aprehensión del lenguaje, también pueden significar señales de alerta.
Aunque "son indicadores, de ningún modo representan un diagnóstico", aclaró la psicopedagoga.
La profesional destacó la importancia de la educación en la escuela normal en la lucha contra la enfermedad. Afirmó que el desafío de la escuela debe ser el permitir que el niño aprenda en conjunto con otros compañeros ya que es el espacio ideal para la aceptación de los chicos con autismo.
"Si las condiciones están dadas para que suceda, la verdad es que la escuela normal favorece mucho el desarrollo de chicos con trastorno autista. Precisamente porque el principal desafío de la institución es hacer que los alumnos puedan aprender con otros", puntualizó Ratti.
Finalmente, advirtió que los padres no deben alertarse frente al diagnóstico y que deben acompañar terapéuticamente a sus hijos intentando relacionarse de manera más directa. "Los chicos están cada vez menos acostumbrados a jugar entre personas y lo hacen a través de distintos tipos de juegos".
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