El día 18 de febrero del 2010 Francia ratificó la Convención de las Naciones Unidas de los Derechos de las personas con Discapacidad, sin embargo -como ya es tristemente habitual- esta ratificación no se ha trasladado a la realidad.
El 26 de Enero del 2012 un juzgado francés decretó la prohibición de la emisión y distribución en el país del documental titulado “Le Mur” (El Muro) así como el pago de una indemnización de la directora Sophie Robert a Alexandre Stevens, Eric Laurent y Esthela Solano, los tristemente célebres protagonistas del documental. Se protegió el interés privado (con claros tintes económicos y sectoriales) frente al interés público, en lo que es un insulto a toda la sociedad francesa: Fin de la libertad, la igualdad y la fraternidad. El citado documental denuncia una situación tremenda sobre la concepción “oficial” del autismo, basada en un modelo de pensamiento y acción caduco, rancio y adocenado centrado en el psicoanálisis. En pocas palabras, un modelo que culpa a las madres del autismo de sus hijos y somete a estos a torturas.
Y aunque parezca mentira, el mismo año 2011, el gobierno francés declaró que en el 2012 el autismo sería causa nacional. Y dentro de las acciones y comunicados el propio gobierno francés, a través de la Alta Autoridad de Salud (HAS), cuestionó la eficacia del enfoque basado en el psicoanálisis como tratamiento para el autismo en el informe que presentaron en marzo de este año sobre este particular. Pero, por si acaso, el informe fue algo suave a la hora de denunciar de forma clara y concisa no solo la irregularidades, sino las violaciones continuadas y sostenidas de los derechos fundamentales de las personas que eran víctimas de la intervención psicoanalítica, que era -por cierto- promovida y financiada por el propio Estado. La HAS y la Agencia Nacional de la Evaluación y de la Calidad de los Establecimiento y Servicios Sociales y Medicosociales (Anesm), no condenaron abiertamente los enfoques psicoanalíticos y se limitaron a calificarlos de “no consensuados”, “estos no han probado su eficacia ni se fundan en un conocimiento científico”. Pero tampoco establecen una rechazo claro al modelo, aunque si al “packing”, procedimiento que (afortunadamente) sí han condenado de forma clara. Como es lógico no se asumen responsabilidades, los únicos culpables son las víctimas.
Es evidente que en este aspecto se mezclan demasiados intereses y derribarlos de un plumazo no es cosa fácil, Roma no se hizo en un día y al lobby psicoanalista francés va a costar bastante arrancarlo del sistema público de salud. Aunque lamentablemente, mientras tanto, la cobertura que las personas con autismo tienen en Francia continúa siendo de una muy dudosa calidad. En ese aspecto, apenas nada ha cambiado a pesar de que Jean-Luc Harousseau, presidente de la HAS, declaró que “El informe marca una etapa en el modelo de cobertura social del autismo,…, nada será como antes”, aunque como dice el refrán “hechos son amores y no buenas razones”.
A día de hoy, y mientras Le Mur sigue estando prohibido, miles de familias francesas continúan emigrando a países vecinos para poder dar a sus hijos con autismo una posibilidad de recibir una atención de calidad. Se estima que en la actualidad, solo en Bélgica, viven alrededor de 6.500 familias francesas con hijos con autismo, familias que emigraron para poner a sus hijos a salvo de los psicópatas que pretendían “curarlos”. Y claro, esto también tiene sus consecuencias, ya que es el gobierno Belga es el que debe correr con los gastos del salvamento de estas personas, cosa que de un tiempo a esta parte no parece ser de agrado para el ejecutivo Belga, y mientras, desde el Eliseo, siguen mirando a otra parte. En este momento, la nueva administración francesa aún está evaluando cómo va a afrontar este problema. Según fuentes del gobierno Belga el costo directo que soportan para dar cobertura a los emigrantes franceses supera ampliamente los 300 millones de euros anuales. Curiosamente el costo por persona y día en Bélgica para dar una intervención de calidad es mucho menor que el costo del modelo Francés, dato ante el cual aparecen nuevas preguntas, como por ejemplo ¿Por qué el modelo Francés a pesar de no servir para nada es tan caro? ¿A dónde va ese dinero? ¿Quien se beneficia de perpetuar un sistema inhumano? No olvidemos que son fondos públicos.
Pero en cifras reales la verdad es que poco o nada a cambiado en Francia, más del 80% de los niños con autismo siguen sin escolarización, y además, según fuentes consultadas del Ministerio de Educación francés, no existe, a día de hoy, ningún plan de contingencia para resolver esta situación a corto plazo, aunque afirman que “están trabajando en ello”, pero que antes de al menos dos años no se dispondrá de un modelo que pueda dar una respuesta, ya que entre otros problemas, no existen suficientes profesionales formados para poder dar una respuesta adecuada, o que, a día de hoy, no saben cual puede ser la respuesta de las familias cuyos hijos no tienen ningún tipo de discapacidad, pero se prevé que sea contraria a los modelos educativos que demandan las asociaciones de familiares.
El informe elaborado por Isabelle Mostien-Resplendino “La escolarización de niños con discapacidad. Informe comparativo entre Francia y Bélgica y propuestas” parece no haber recibido el eco requerido, o quizá ha provocado el efecto contrario al deseado, y en ciertos sectores se tilda de un documento que promueve la emigración forzosa a Bélgica. En fin, opiniones e interpretaciones las hay para todos los gustos.
Otro de los puntos curiosos es la desaparición de todas las páginas que existían en la web del Gobierno de Francia referidas al aspecto de la Gran Causa Nacional, sencillamente ya no existen. Ante las preguntas formuladas sobre qué pasó con esas páginas, la respuesta ha sido que sencillamente se cambiaron de ubicación, lo que nunca hemos averiguado es la nueva ubicación. Desde la gran operación mediática organizada por el ya ex-primer ministro de Francia, François Fillon, todo parece haberse congelado. Se achaca este tiempo muerto a las elecciones presidenciales, pero la verdad es que la situación apenas ha cambiado en el último año. Desde el Eliseo dicen que acaban de llegar, que hablemos con Educación; en Educación que están en ello pero que quizá en Sanidad nos digan más cosas; en Sanidad nos remiten al Hotel Matignon (Residencia del Primer Ministro de Francia) y de Matignon al Elíseo, y así sucesivamente ¡Y eso que preguntamos por la Causa (Vergüenza) Nacional!
(Tomado de Autismo Diario)
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