Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) son un grupo de trastornos del desarrollo neurológico caracterizados por deficiencias en la socialización y comunicación, y la presencia de intereses restringidos y conductas repetitivas.
Los síntomas que comprenden el espectro ahora se pueden identificar a edades muy tempranas, algunos investigadores sugieren la estabilidad de los síntomas en tan sólo 17 meses de edad. Sin embargo, poca investigación se ha centrado en las diferencias de género con respecto a los síntomas en los niños pequeños con TEA.
Si bien algunas diferencias de género se ha demostrado en las características del autismo, estos diferencias rara vez han sido el foco principal de los estudios. Este tipo de información ayudaría a la identificación de un diagnóstico temprano de TEA, y, posteriormente, para ayudar a que los niños reciban las intervenciones necesarias en una edad más temprana.
Losa prevalencia de individuos masculinos con TEA, incluso en las muestras del estudio con niños pequeños, se ha nombrado repetidas veces. Sin embargo, esta relación desigual se disipa cuando se tiene en cuenta el coeficiente intelectual (CI) o del desarrollo (CD). Con esta información, el objetivo del estudio fue examinar si los síntomas de los niños diagnosticados con TEA diferían dependiendo del género considerando el nivel de CD.
Hombres y mujeres con un CD dentro de la media tienen significativamente menos síntomas en comparación con los hombres y mujeres con un CD más bajo que la media, independientemente de su sexo. Además, los varones y mujeres con bajo CD no difieren significativamente, ni los hombres y mujeres con un CD medio.
Como tal, parece que las personas con TEA con mayor CD, y en última instancia un CI más alto más adelante en la vida, tienen significativamente menos síntomas de TEA en comparación con los que tienen un CD inferior a la media. La ausencia de una diferencia significativa entre hombres y mujeres con respecto a la sintomatología de los TEA, sugiere que aunque los TEA sean más frecuentes en los hombres, no se presenta de manera diferente entre ambos géneros.
Al evaluar las conductas restrictivas y repetitivas se encontró que sólo las mujeres con CD medio difieren significativamente de los otros grupos. Las mujeres con un CD dentro de la media tienen un número significativamente menor de conductas restrictivas y repetitivas que cualquier otro grupo, lo que sugiere la posibilidad tanto de un efecto de género como de CD.
Esta diferencia de género es consistente con un hallazgo anterior que demuestra que los hombres son más propensos a preocuparse por partes de objetos y se adhieren a las mismas rutinas y rituales.
En general entonces, parece que las diferencias de género en los niños pequeños sólo existen en los síntomas de TEA relacionados con los comportamientos restrictivos y repetitivos. El resto de las diferencias se puede explicar por las diferencias en el CD y/o CI, con personas de menor funcionamiento demostrando deficiencias elevadas en la mayoría de las áreas asociadas con TEA. Estos resultados refuerzan la necesidad de proporcionar evaluaciones en profundidad tanto de los síntomas de TEA y CD para obtener una conceptualización precisa del funcionamiento del individuo y las necesidades de tratamiento.
Además, aunque hombres y mujeres no difieren en los síntomas en general, este estudio puso de relieve la presencia de una importante diferencia con respecto a los comportamientos restrictivos y repetitivos. Con base en esta información, los médicos deben ser conscientes de la posibilidad de un incremento en estos temas en la aplicación de un tratamiento.
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