Hace unos días, tuve la oportunidad de entrevistar a una niña autista, su nombre: Ana Paula de Jesús. La adolescente de 16 años, fue diagnosticada a los 9 años con el síndrome de Asperger, un espectro del autismo, pero había logrado, con mucho esfuerzo, realizar una película en Cuba, con la ayuda de toda su familia.
Honestamente pensé que se trataría de algo muy sencillo, pero me llevé una gran sorpresa al ver que el film (de media hora) era en realidad un cuento, un viaje a través del tiempo. "El tinajón mágico", como se llama la película de Ana Paula, es un recorrido por el mundo imaginario de una niña.
Su madre, Yania Vallejo, me contó que cuando su hija le dijo que quería hacer una película ella le exigió que escribiera un guión.
"Honestamente jamás pensé que lo podría hacer. Ella no sabía leer y apenas podía escribir unas cuantas líneas al día. Pero era tanto su interés que empezó a escribir más y más. Terminó el guión de su película en un año. Luego, se fue junto a su hermano de 12 años a pasar sus vacaciones a Cuba y allí la filmaron".Cuando vi los ojos de Ana Paula entendí como había logrado lo que parecía imposible. Sus ojos eran el vivo reflejo de la determinación y del amor de su familia. ¿Cómo pudo esta niña que aparte de autismo tiene dislexia y déficit de atención severo hacer un guión para realizar una película?
Su libreto tenía múltiples escenas y muchos personajes, locaciones, caracterizaciones, diálogos, en fin, era bastante completa.
"¿Cuál es tu sueño ahora?", le pregunté.
"Quiero que mucha gente vea mi película. En un cine o en un teatro".
Su historia llegó hasta la producción del programa de televisión donde trabajo "Sevcec a Fondo" y gracias al esfuerzo de muchos compañeros, ese sueño se hará realidad y "El tinajón mágico" se exhibirá en un cine de Miami.
Yania me había contado que durante mucho tiempo Ana sufrió de mutismo selectivo, de inadaptabilidad social, de fuertes crisis de llanto sin motivo, (tal como le pasa a muchos niños autistas) por lo que me resultó verdaderamente sorprendente ver a esa jovencita hablarme con mucha propiedad y sin temor.
"Nunca he sentido lástima ni de mí ni de mi hija. Yo descubrí algo en ella que nunca pensé podría lograr: captar su atención en algo que la apasionara. Al fin encontré una puerta que se abrió para que Ana saliera de su propio mundo".
Y juntas lo han logrado. Ana Paula y su madre son el ejemplo de que siempre se vale soñar en grande.
MIRA PARTE DE LA PELÍCULA DE ANA PAULA:
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