La
visión de los niños autistas duplica en velocidad a lo normal, asegura
un estudio realizado por el Centro de Estudio del Niño de la Universidad
de Yale y de la Universidad de Vanderbilt, en los Estados Unidos.
Los
expertos plantean que la hipersensibilidad del cerebro de una persona
autista puede explicar por qué los que padecen ese mal se abruma con los
ruidos fuertes y las luces brillantes, indica el artículo publicado en
la revista Journal of Neuroscience.
La
hipersensibilidad al movimiento puede dar luces para encontrar las
causas de este desorden, dijo Duje Tadin, coautor y profesor asistente
de ciencias cognitivas de la Universidad de Roschester, quien agregó que
solemos pensar en el autismo como un trastorno social, pero descuidamos
el hecho de que todo lo que conocemos del mundo viene de nuestros
sentidos.
Otros
estudios y reportajes empíricos habían mostrado que los autistas poseen
habilidades visuales desarrolladas para las imágenes, pero este es el
primer estudio en destacar la velocidad de captar el movimiento.
Los
investigadores examinaron a 20 menores autistas y a 16 niños normales,
todos entre los ocho y 17 años de edad, quienes vieron vídeos de barras
blancas y negras en movimiento. Los chicos debían indicar en qué
dirección iban las barras, a la izquierda o derecha.
Cada
vez un participante escogía la dirección correcta. En el siguiente
vídeo todo se veía ligeramente más corto y la tarea era más difícil.
Cuando el niño se equivocaba el siguiente vídeo se mostraba más largo y
fácil de ver. Así pudieron medir lo rápido que eran los autistas en
percibir el movimiento.
En
una parte de las pruebas las barras eran apenas visibles y todos los
chicos rindieron de igual forma. Cuando el contraste o la oscuridad de
las barras se incrementaba, los participantes respondían mejor
percibiendo la dirección del movimiento, pero los autistas lo hacían
mucho mejor.
El
estudio demuestra que los pequeños autistas son hipersensibles al
movimiento y que responden mejor cuando la intensidad se incrementa. El
autista que rindió peor lo hizo igual que el promedio de menores
normales.
Los
científicos dicen que aunque esto pueda ser visto como una ventaja, en
la mayor parte de las circunstancias el sentido sobresaliente causa
sobrecarga sensorial. Tal hipersensibilidad perceptiva es una
característica de un cerebro que no puede controlar su respuesta a la
información sensorial.
Se
ha observado un incremento de la excitabilidad en la epilepsia, mal
relacionado estrechamente con el autismo. Un tercio de los autistas
sufren de epilepsia. En personas normales el cerebro pone topes a sus
respuestas al sonido, gusto, tacto y otros estímulos cuando son muy
intensos, no así en ellos.
La
investigación respalda a otros estudios que muestran que los autistas
procesan la información visual de forma distinta. Por ejemplo, perciben
mejor y más rápido trazos simples, como imágenes compuestas por líneas, y
se enfocan más que las personas normales en detalles. Pero en tareas
más complejas, como reconocimiento facial, su respuesta es más débil que
las personas normales, pues el subrayar en esos detalles viene a ser
una discapacidad.
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