24 de marzo de 2012

Estimulación ocular en los niños con Trastorno del Espectro Autista. Parte II

Continuando con las técnicas a desarrollar para trabajar el contacto ocular de los niños con TEA cabe enfatizar también estas que usamos con nuestra pequeña:

- Para conseguir su mirada podemos señalar con nuestro dedo índice a nuestros ojos para indicar al niño lo que debe hacer, mirarnos, mientras le decimos "mírame a los ojos", o simplemente, "mírame". Cuando lo hace correctamente debemos reforzar su conducta diciéndole: "¡Qué bien me miras!

- También es efectivo colocarnos en frente del niño y situar nuestras manos sobre las sienes del niño durante 2 o 3 segundos para reducir su ángulo de visión lateral y provocar así, que sólo nos vea a nosotros que estamos delante suyo. De esta manera redirigimos su mirada hacia nuestra cara para que nos preste atención.

-Otra manera de conseguir la mirada del niño es mostrarle un juguete que llame su atención. Cuando se acerque a cogerlo lo pasamos de una mano a otra o lo escondemos detrás de nuestra espalda, haciendo algún gesto o ruido gracioso para atraer así, su mirada. Una vez que nos haya mirado le damos el objeto diciéndole: "¡Qué bien me miraste!", "toma el juguete".

- Es fundamental llamar al niño siempre por su nombre en lugar de usar nombres afectivos como "peque", "cariño"... De esta manera conseguiremos que reaccione al oír su nombre, girándose para mirarnos. Podemos llamar al niño por su nombre y si no reacciona, entonces, dirigiremos suavemente su barbilla elevándola para que nos mire o tocaremos sus hombros.

Si hacer una de estas dos cosas no es suficiente, justo después colocamos nuestra mano con un gusanito a la altura de sus ojos y cuando lo haya visto, lo elevamos hacia nuestros ojos. Podemos complicar la actividad si el niño no se enfada y no darle el gusanito en cuanto nos mira, sino jugar a esconderlo pasándolo de una mano a otra provocando que el niño busque en qué mano está el gusanito. Si acompañamos este ejercicio de palabras y sonidos graciosos, es casi seguro, que nuestro hijo nos mirará.

Es muy importante conocer qué tipo de juegos físicos les gusta a vuestros hijos ya que es crucial combinar los métodos ya descritos con juegos en los que nuestros hijos disfruten físicamente (cosquillas, montar a caballito, jugar al cucú, al escondite, a coger...). En muchos casos, con estos juegos conseguiremos las primeras miradas naturales de nuestros hijos. Cada vez que el niño nos mira tenemos que proporcionarle información relevante("corre que te cojo", "más cosquillas", "otra pompa") con tono gracioso intentando provocar su sonrisa. Así, comprenderá que tiene que mirarnos para que el juego continúe. De esta manera, estableceremos turnos de juego.

Por ejemplo, cuando el niño se divierte corriendo por la casa sólo, podemos aprovechar la oportunidad para jugar con él a "coger". Le decimos: "Luis, corre que te cojo". Si el niño echa a correr, esperamos a que establezca su turno en el juego, es decir, a que mire hacia atrás pidiéndonos que corramos detrás suyo. En ese momento, repetimos, "Luis, corre que te cojo" y echamos a correr para que el niño se ría y corra nervioso, hasta que lo cogemos diciendo: "Luis, te cogí".

Si el niño no corre por sí sólo le guiaremos físicamente mientras le decimos "Luis, corre que te cojo"(poco a poco iremos eliminando la ayuda física hasta que corra él sólo). Luego, es posible que el niño establezca un nuevo turno diciéndonos "más", o cogiéndonos de la mano y tirando, o viniendo a buscarnos o buscando nuestra mirada, riendo y echando a correr... Todas estas situaciones que podemos provocar haciendo uso de juegos físicos crean ambientes que propician la aparición de miradas muy naturales, un aprendizaje estupendo del contacto ocular.

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