Los casos de autismo en niños están en neto aumento en Estados Unidos en la última década, según cifras oficiales difundidas el jueves, un fenómeno que se explica en parte por una mejor detección de este trastorno del desarrollo.
El número de casos de autismo diagnosticados en niños aumentó 23% entre 2006 y 2008, con uno de cada 88 niños afectados contra uno de cada 110 antes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), una agencia federal del Departamento de Salud.
"Este estudio se basa en una observación realizada en 2008 que muestra que 11,3 por mil de niños de ocho años habían sido diagnosticados con trastornos del espectro autista". Esto constituye un alza de 23% en comparación con la estimación anterior de 2006, y de 75% desde que los CDC comenzaron a registrar la incidencia de la enfermedad en 2001.
Estas nuevas cifras significan que el autismo es dos veces más común de lo que era siete años antes y, probablemente afecta a un millón de niños, niñas y adolescentes en Estados Unidos.
Este aumento se explica en parte por una mejor detección del síndrome, sobre todo entre los menores de tres años, dijo Coleen Boyle, directora del Centro Nacional de Defectos Congénitos y Deficiencias del desarrollo de los CDC.
"Una parte de este aumento se debe a un mejor diagnóstico, pero no sabemos hasta qué punto", dijo durante una conferencia de prensa telefónica.
"Gracias a estas estadísticas sabemos más sobre cómo la mayor edad de los padres y el nacimiento prematuro aumentan el riesgo de que un niño sufra de autismo", dijo la doctora.
Estas estadísticas también muestran que el desarrollo del síndrome, cuyas causas siguen siendo indeterminadas y que existe en diferentes formas y grados de gravedad, afecta a casi cinco veces más niños que niñas, una proporción que también ha aumentado de 2006 a 2008.
La prevalencia del autismo está experimentando una variación geográfica significativa en Estados Unidos, donde lo sufren un niño de cada 210 en Alabama (sur) y uno de cada 47 en Utah (noroeste).
El mayor incremento se observó entre niños negros e hispanos.
Estas estadísticas también indican un aumento del diagnóstico precoz -en niños menores de tres años-, pero lamentablemente la detección sigue siendo demasiado tardía, con 40% de los casos diagnosticados en niños mayores de cuatro años.
"Es esencial que los padres actúen sin demora" ante el menor indicio sospechoso, dijo Susan Hyman, presidente de la subcomisión sobre el autismo en la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés).
"La AAP recomienda que se hagan pruebas de autismo sin excepción a todos los niños entre 18 y 24 meses", dijo, durante la misma conferencia de prensa.
"Estas cifras muestran que los médicos son cada vez más eficaces en el diagnóstico de autismo", señaló Thomas Frieden, director de los CDC, que participó de la rueda de prensa.
"El autismo es un síndrome complejo y muchas preguntas siguen sin respuesta", agregó señalando que la medicina "avanza, pero hay un largo camino por recorrer".
Marcos Roithmayr, presidente de Autism Speaks, la mayor fundación privada del mundo dedicada a la investigación sobre este síndrome, dijo que la enfermedad cuesta 126.000 millones de dólares por año en Estados Unidos, una cifra que según el informe de la organización se ha triplicado desde 2006.
Por último, todos estos médicos descartaron que el proyecto revisado de criterios para el autismo, lanzado por la APA en enero, sea perjudicial para algunos niños con autismo.
Psiquiatras y fundaciones privadas han expresado su temor de que esta nueva clasificación excluya a muchos niños con variantes del autismo, como el Síndrome de Asperger.
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