G. RODAS PALMA Jos Gayá y Lys Riera suman muchos años volcados en el poder curativo de la música y el sonido. Lo suyo es la musicoterapia, es decir, la utilización de la música y de sus elementos –el timbre, la melodía y la armonía– para promover la comunicación, relación, aprendizaje, movilidad, expresión y organización en un individio o grupo a fin de atender las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.
Gayá, pionero en España en musicoterapia, tratamiento que en otros países está muy desarrollado, asegura que esta técnica terapéutica resulta muy beneficiosa en enfermos de "cáncer, alzheimer, autismo o párkinson", y también en mujeres embarazadas.
Hijo de médico, Gayá pronto se dedicó a la composición y descubrió por primera vez otra visión de la música al escuchar el disco de Brian Eno Music for Airports (1978), un álbum que "proponía escucharlo en el aeropuerto para evitar la espera tensa de los aviones. Eres el culpable de que me haya dedicado a esto, le dije a Eno una vez en Mallorca", comentó.
El especialista mallorquín aseguró que "cualquier sonido se puede convertir en un recurso terapéutico si sabemos cómo", aclaró que "el hecho de escuchar música relajante no implica un proceso de sanación" e indicó que es el terapeuta "el que guía los pasos" del camino de vuelta hacia uno mismo, hacia el estado de "salud armónica".
"La musicoterapia nos sirve para provocar fugas de energía, para liberarnos, para provocar una catarsis", afirmó.
También recordó que "el cuerpo humano es el primer instrumento que tenemos y el que siepre llevamos puesto, y que se desafina como cualquier otro debido a las alteraciones que vivimos, las emociones, las sensaciones corporales. Usando la música –agregó– podemos reequilibrar nuestro instrumento humano". A modo de ejemplo, comentó que una marcha militar "puede ayudar a un enfermo de párkinson a rehabilitar su sistema motriz".
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