EFE/LAOPINIONDEMURCIA.ES
Lo más importante cuando se trata de trastornos del espectro autista es un diagnóstico temprano. Cuanto antes se empiece a trabajar con los niños, mayores son las opciones de evolución positiva. «Los padres pasamos primero por una etapa de negación, pero el problema es que se alarga mucho.
La segunda fase es la de duelo y luego llega la de empezar a trabajar. Cuanto menos tiempo pase entre esas etapas, mucho mejor para el niño», explica Juan Carlos Pérez, presidente de Asteamur, que asegura que ha mantenido conversaciones con chicos de 16 años autistas a los que apenas se les notaba nada.
Y la clave de poder llegar a ese punto es el trabajo desde edades muy tempranas.
Para ayudar a los padres a superar todo este proceso, Asteamur tiene una escuela de padres en la que los que llevan más tiempo conviviendo con el problema, aconsejan a los que acaban de recibir el diagnóstico. (www.asteamur.org). efe
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