Por: Dr. Daniel Stamboulian dstamboulian@infobae.com
Los llamados trastornos del espectro autista (TEA) se han ido incrementando en las últimas décadas. Esto provocó una importante alarma social sobre el origen de esta enfermedad de la cual aún se desconoce la causa. Una experta lo analiza para Infobae
Cada vez son más los niños diagnosticados con algún Trastorno del Espectro del Autismo
(TEA). A mediados de los 70', la prevalencia se estimaba en 1 cada 5
mil, a mediados de los 80 en 1 cada 2.500 y al día de hoy ronda en el 1%
de la población infantil. "La importancia del autismo como problema de
salud es que constituye una gran preocupación a nivel mundial porque las
estadísticas están aumentando mucho", explica a Infobae la
doctora Karina Gutson, médica pediatra especialista en desarrollo
infantil y prosecretaria del Comité de Crecimiento y Desarrollo de la
Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Según el último estudio realizado en Estados Unidos y publicado por el Centro de Control de Enfermedades (CDC) en 2014, la prevalencia de estos trastornos es de 1 cada 68 niños
o de 14,7 cada mil. Estos resultados surgen del seguimiento de 363.749
niños provenientes de 11 centros ubicados en diferentes estados del
país. "Sobre aquella población de pacientes se realizó un estudio de
prevalencia de autismo a los 8 años, que es una edad en que los
diagnósticos son estables. Existen reportes de prevalencia de TEA en
países europeos y Canadá que rondan el 1%, pero ninguno reúne un número
tan alto de casos", detalla la especialista que también preside la Asociación Civil PANAACEA, especializada en el abordaje de pacientes con autismo.
De
acuerdo con la pediatra, en Argentina, al igual que en el resto de
Latinoamérica, no hay estudios de prevalencia que permitan conocer el
estado de situación, aunque se estima que uno de cada 100 chicos tendría
algún trastorno del espectro autista.
Por qué va en aumento
Existen
varios factores que se los consideran influyentes en este aumento de la
prevalencia. El principal de ellos es la ampliación de los criterios de
diagnóstico, donde ahora se incluyen casos más leves. "Existe un mayor
conocimiento del cuadro en la población en general y entre los
profesionales, por lo que el cuadro se sospecha con mayor frecuencia",
explica la doctora Gutson. Por otra parte, los diagnósticos en niños
pequeños no son estables. De acuerdo con la especialista, esto se debe a
que un niño menor de tres años puede mostrar signos de riesgo de TEA y
que, posteriormente, no reúna criterios de diagnóstico.
Adicionalmente, la especialista comentó que "se está investigando la importancia de factores ambientales como probables causas de este aumento".
El espectro y sus matices
Los
TEA tienen que ver con alteraciones que comprometen el desarrollo
temprano de los niños, es decir, desde la etapa de la gestación y los
primeros tres años de vida. Esta es una cuestión de clasificaciones. "En
la actualidad, el espectro autista y autismo se utilizan como
sinónimos. En el espectro autista se encuentra alterado, en distintos
niveles, el desarrollo de la comunicación y el lenguaje, la interacción
social, y la flexibilidad de la conducta", detalla la doctora Gutson.
"Se trata de chicos que tienen intereses limitados, conductas atípicas como
pueden ser movimientos raros con las manos, aletear los brazos o
caminar en puntas de pie, desarrollar un juego rígido y restringido y,
cuando son más grandes, pueden manifestar preocupaciones puntuales",
agrega. "Saben quizás mucho de algunos temas, pero es muy difícil lograr
con ellos un intercambio. No hay una persona con TEA igual a otra. Si
pensamos en un 'espectro' de colores, nos referimos a las distintas
gamas, como un arco iris con sus diversas tonalidades", refiere la
pediatra.
De acuerdo a la especialista, existen
personas dentro de este colectivo de pacientes que pueden tener ausencia
de desarrollo de lenguaje hasta quienes manejan un amplio y refinado
vocabulario; personas con coeficiente intelectual bajo, promedio o
superior - que se conoce como autismo de alto funcionamiento- y personas
con diferente calidad de interacción social que puede ir desde el
profundo aislamiento hasta una manera exagerada e inapropiada de buscar
contacto social.
Por último, "las personas con TEA
pueden tener alguna enfermedad médica asociada o no. El autismo afecta
por igual a todas las razas y clases sociales".
El valor de un diagnóstico oportuno
"La importancia de identificar tempranamente los signos de alarma se debe a que el cerebro
de los niños pequeños es muy plástico. Esto quiere decir que tienen
mucha capacidad de adaptarse y que, a través de una estimulación
adecuada, pueden mejorar su pronóstico", detalla Gutson. Entonces,
cuanto antes se les diagnostique esta patología, mejor será el resultado
de su tratamiento y su desarrollo.
De acuerdo a la especialista la
falta de contacto visual, la ausencia del lenguaje, la falta de
comprensión de algunas cuestiones y sobre todo, que los chicos no
señalen para pedir o el tipo de juego que tienen, pueden ser
indicadores de algún trastorno del desarrollo. "No obstante, cada vez se
va más atrás en la detección temprana y ya, durante el primer año de
vida, puede haber signos de alarma. El más importante de ellos es el de la ausencia o la poca profundidad de la mirada en la relación con los otras personas".
Autismo en la familia
Muchos
padres de chicos autistas temen seguir teniendo hijos para evitar que
sufran la misma enfermedad. De acuerdo a la presidente de PANAACEA, se
sabe que existe algún componente de herencia y que las familias que
tienen un integrante con una condición del espectro autista, cuentan con
un riesgo aumentado respecto a la población general. "No se trata de un riesgo muy grande pero si se trata de un riesgo mayor y
no solo de autismo, sino también de que padezca otros trastornos del
desarrollo como trastornos del lenguaje, de aprendizaje o cognitivos",
afirma Gutson.
Momentos terapéuticos
La
cantidad de tiempo que se destina a estimular a este colectivo de
pacientes es clave para asegurarse el éxito de su tratamiento. "La
mayoría de estos chicos tienen muchos tratamientos porque van a una
fonoaudióloga, a una terapista ocupacional, a un psicólogo, a un
psicopedagogo y, a veces, en la escuela también reciben ayuda con
acompañantes y maestra integradora. No obstante, lo más importante es
conocer cómo funciona ese chico y que cada momento de su vida sea
terapéutico", detalla la médica.
"Esto quiere decir que
los papás tienen que conocer muy bien cómo aprende su hijo y cómo se
relaciona para ayudarlo en su mejoría que es lo que hará que un
tratamiento resulte verdaderamente intensivo. Cuanto más temprano se
instala este abordaje del paciente, mejor es el pronóstico e incluso
hasta se puede hablar de prevención".
La vacuna, los chicos y el autismo
La
búsqueda del "origen" del autismo es compleja porque, en realidad, no
hay una única causa. "Se sabe que convergen muchas situaciones. Por un
lado, es necesario tener una predisposición genética - no cualquier
persona puede desarrollar autismo- pero también depende de cuestiones
del ambiente que van sumando factores determinantes. Esto tiene que ver
con la calidad de los estímulos, de los vínculos y otras cuestiones
ambientales que están estudiadas o que todavía se desconocen. No existe una única causa para el autismo".
Por
otra parte, existen algunas falsas hipótesis sobre el origen de estas
enfermedades en los niños. Desde hace algunos años, una publicación que
luego fue desestimada por falta de sustento científico, vinculaba a la
vacuna triple viral (sarampión, rubéola y paperas) con los TEA, pero ¿Pueden influir las vacunas en el desarrollo de estos trastornos?
"Esta preocupación está vinculada al momento en el que se suelen
percibir los signos de alerta de TEA, es decir, a partir del año de vida
y, para la gente, resulta fácil asociar con las vacunas de calendario
que se reciben en esa etapa", asegura la doctora Gutson.
"Por
este motivo, ante el desconocimiento, todo se sospecha aunque hasta
ahora, las investigaciones han demostrado que las vacunas no son
responsables de estos trastornos del desarrollo en los niños".
El valor de la inclusión
Reconocer la importancia de la inclusión social de las personas con autismo o cualquier discapacidad tiene que ver con el respeto a sus derechos humanos. La República Argentina, como uno de los Estados miembro en la Asamblea de las Naciones Unidadas, incorporó a su legislación en 2008 la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
A través de la Ley Nacional N° 26.378, tiene la obligación de promover,
proteger y garantizar el pleno disfrute de los derechos humanos de las
personas con discapacidad y su plena igualdad ante la ley. "Se trata de
ver al sistema educativo como un espacio donde las personas aprendan no
sólo contenidos académicos sino que adquieran competencias para el
desarrollo de sus proyectos singulares de vida en un contexto social
justo. Se trata de fomentar un modelo educativo que permita transformar
el modelo social basado en principios y valores de igualdad", refiere la
doctora.
De menor a mayor
Los
TEA son condiciones del desarrollo que se manifiestan en los primeros
años de vida. Conocer las características de un niño con autismo permite
comprender la trayectoria de su desarrollo en la vida adolescente y
adulta. "La detección precoz de los signos de alarma de autismo permite
una intervención temprana. De esta manera, muchos niños que han iniciado
un tratamiento temprano, han abandonado el diagnostico unos años
después", asegura la especialista.
Sin embargo, es
importante comprender que no todas las personas tienen esa evolución y
que toda la comunidad convive con jóvenes y adultos con esta condición.
"En la actualidad, existen muchas personas jóvenes y adultas con TEA no
diagnosticadas y que, por lo tanto, no están recibiendo los apoyos que
necesitan. Hablamos de individuos que tienen dificultades para
establecer lazos sociales, para sostener amistades o, incluso,
permanecer en la escuela o en un trabajo", destaca la especialista en
desarrollo infantil. De acuerdo a la doctora Gutson muchas de estas
personas incluso tienen habilidades por las que se destacan, como
atención al detalle, capacidades lógicas y analíticas, una facultad
superior a la media para concentrarse durante largos periodos de tiempo.
"La actitud inclusiva en todos los estratos de la sociedad ofrecería
oportunidades de desarrollo para todas las personas", finaliza.
(Tomado de http://www.infobae.com/2015/04/18/1722286-una-mirada-profunda-el-autismo-por-que-esta-aumento)
No hay comentarios:
Publicar un comentario