17 de enero de 2015

Adaptación para los niños con autismo

Dentro de las características que definen a las personas diagnosticadas dentro de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) encontramos la inflexibilidad mental y las dificultades de simbolización e imaginación. Es decir, les cuesta interpretar lo que está sucediendo y organizar el futuro.

Estos son los motivos por los que presentan patrones rígidos de conducta, adherencia a acciones estereotipadas o a objetos, a rituales de actuación, intereses restringidos hacia determinados temas, perfeccionamiento rígido a la hora de realizar determinadas tareas, selectividad alimenticia, dificultades a la hora de desarrollar las capacidades de imaginación, creatividad, de juego simbólico (por ejemplo jugar a las familias, las profesiones, etc.), así como adaptarse a las situaciones y rutinas nuevas que sean diferentes a las cotidianas y conocidas.

Cuando una persona con autismo se encuentra ante una situación novedosa siente malestar, descontrol y miedo ante lo desconocido, lo cual les provoca ansiedad y estrés. De ahí es desde donde nacen posibles conductas negativas o rabietas, más cuando además, la persona presenta dificultades de socialización y de comunicación y no puede ni expresar qué es lo que le está sucediendo.

Sabiendo esto podemos comprender mejor por qué prefieren los ambientes conocidos, predecibles, controlables.

Pero el que esto les cueste no significa que no puedan mejorar y aprender a tener una mayor flexibilización mental, una mejor capacidad de simbolización y una mayor capacidad para adaptarse a los cambios y a las nuevas rutinas.

¿Qué podemos hacer? Estas son algunas ideas:
  • Anticiparles y explicarles qué es lo que va a suceder a través de la utilización de apoyos visuales, agendas, historias sociales, cuentos, juegos y explicaciones adecuadas al nivel de comprensión de cada persona.
  • Prever los posibles momentos de dificultad y prepararse para ellos, bien evitándolo si la persona no está preparada para ello, bien afrontándolos en caso de que sí esté preparada y se ha trabajado con ella previamente la ocurrencia de esa situación.
  • Enseñarle a comunicar sus sentimientos, deseos y necesidades mediante el procedimiento más adecuado para ella, ya sea a través de gestos, signos, pictogramas, fotografías, o incluso verbalmente, etc.
  • Trabajar aspectos como la imitación, imaginación, creatividad, juego simbólico.
  • Ampliar los temas de interés.
  • Reforzar positivamente cuando se haya conseguido algún avance a la hora de aceptar novedades y cambios.
Finalmente, no hay que tener miedo de introducir pequeños cambios en las rutinas y situaciones de costumbre. Precisamente uno de los objetivos de toda terapia debe ser el superar estas dificultades, eso sí, los cambios deben realizar de manera programada, teniendo en cuenta las indicaciones que hemos comentado más arriba y siempre adaptándonos a las características individuales de cada persona.

*Psicóloga, Federación Autismo Madrid.
Colaboración de Fundación Teletón México.
#EscuelasLibresDeBullying
bojorge@teleton.org.mx

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