Una de las principales características del autismo es la individualidad. Por eso requieren un programa personalizado de enseñanza y de atención integral.
El autismo es un trastorno neurológico complejo que dura toda la vida. Es parte de un grupo de trastornos conocidos como trastornos generalizados del desarrollo (TGD). "Si bien no hay estudios epidemiológicos en nuestra región, se considera que actualmente -según las últimas estadísticas del CDC (Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos)- se diagnostica un caso de autismo cada 88 individuos y uno de cada 54 niños es varón. Eso lo hace más común que los casos de cáncer, diabetes y sida pediátricos combinados. Se presenta en cualquier grupo racial, étnico y social y es cinco veces más frecuente en los niños que en las niñas", detalló el licenciado Diego Tarkowski, director de la Escuela San Martín de Porres en Tucumán.
El autismo daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros. Está asociado con comportamientos repetitivos: arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas. Los síntomas oscilan desde leves hasta muy severos y perduran toda la vida.
Actualmente hay procedimientos educativos efectivos para mejorar el mundo de los autistas. "La educación es, por ahora, el mejor tratamiento -remarca Tarkowski-, pero requiere una metodología de enseñanza específica y sistemática. Se basa en los principios de la psicología del aprendizaje, se evalúan las habilidades y requiere un programa individualizado de enseñanza basada en la evidencia científica". Así trabajan en la Escuela San Martín de Porres.
La integración es para los docentes un objetivo y no un punto de partida. Trabajan con la persona, con su familia y con su entorno para brindarles a todos las herramientas necesarias para el éxito. "Nuestra experiencia y los resultados de diversas investigaciones en el mundo muestran que los autistas requieren apoyo y control permanente de por vida, en diferentes niveles y prestaciones. Una de las principales características del trastorno es la individualidad, y esto vuelve aún más complejo su abordaje", sintetizó Tarkowski. Por más información se puede llamar al 425-8487 o enviar un e-mail a tucuman@porres.edu.ar.
El autismo daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros. Está asociado con comportamientos repetitivos: arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas. Los síntomas oscilan desde leves hasta muy severos y perduran toda la vida.
Actualmente hay procedimientos educativos efectivos para mejorar el mundo de los autistas. "La educación es, por ahora, el mejor tratamiento -remarca Tarkowski-, pero requiere una metodología de enseñanza específica y sistemática. Se basa en los principios de la psicología del aprendizaje, se evalúan las habilidades y requiere un programa individualizado de enseñanza basada en la evidencia científica". Así trabajan en la Escuela San Martín de Porres.
La integración es para los docentes un objetivo y no un punto de partida. Trabajan con la persona, con su familia y con su entorno para brindarles a todos las herramientas necesarias para el éxito. "Nuestra experiencia y los resultados de diversas investigaciones en el mundo muestran que los autistas requieren apoyo y control permanente de por vida, en diferentes niveles y prestaciones. Una de las principales características del trastorno es la individualidad, y esto vuelve aún más complejo su abordaje", sintetizó Tarkowski. Por más información se puede llamar al 425-8487 o enviar un e-mail a tucuman@porres.edu.ar.
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