Desde que Fabián tenía un año y medio, Martha supo que algo no estaba bien en su hijo. Pero solo hasta que cumplió siete, ella tuvo consciencia que la falta de comunicación, socialización y el retraso en el desarrollo de lenguaje que tenía su pequeño se debían a que nació con una condición de autismo.
Como Fabián muchos niños crecen con autismo sin que sus padres lo sepan, y sin que los médicos tratantes descubran fácilmente a qué se debe su condición. En el caso de Fabián, su madre tuvo certeza de su autismo, después de las pruebas que le realizaron en conjunto terapia ocupacional, fonoaudiología y psiquiatría tras una constante insistencia.
Sin embargo, en los primeros años de vida del niño, Martha buscó - sin tener un diagnóstico certero- que su EPS le diera terapias ocupacionales, de lenguaje y psicología que le ayudaran a su hijo a desarrollar las habilidades que tenía estancadas.
Hoy Fabián tiene 16 años y en todo este tiempo, lo que ha encontrado Martha es que las personas con autismo sí pueden desarrollar habilidades para desenvolverse en la sociedad y que son capaces de tener cierta autonomía e independencia, siempre y cuando, se les enseñe cómo hacerlo, algo que desconocen muchos padres con hijos en la misma situación.
Pensando en estos niños que muchas veces quedan excluidos del mundo académico y laboral por su condición de autismo, en el 2009 Martha en compañía de un grupo interdisciplinario creó la fundación Rompiendo Barreras para ayudarlos a potenciar sus habilidades y de paso para brindarles un apoyo a sus familias.
En la fundación tienen a los niños desde las 8:00 a.m. hasta las 4:00 p.m., donde se hacen adaptaciones curriculares para que ellos aprendan según su edad y capacidades. De igual forma, se trabaja el desarrollo comunicativo, estimulación sensorial y acondicionamiento físico para que no pierdan la movilidad.
Quizás lo más novedoso de este proyecto es que busca que los niños adquieran un grado de independencia en casa y a futuro en su vida laboral. Por eso se les enseña a realizar tareas básicas como tender la cama o doblar su ropa, y otras actividades más elaboradas para que se sientan útiles en la sociedad, por ejemplo, en el área de panadería, la pintura, o incluso, en la creación de huertas urbanas.
Aunque el ministerio de Educación ha venido impulsando la modalidad de escuela inclusiva donde todos los niños sin importar si tienen algún tipo de discapacidad deben ser recibidos, para Martha el problema radica en que los docentes no están preparados para atender a niños como Fabián, y termina siendo una tortura para ellos estar en el colegio.
Por eso, para madres como Martha es necesaria la creación de espacios acondicionados para niños con autismo, donde los docentes entiendan esta condición y sepan cómo manejarla. Por ejemplo, en el colegio donde ingresó Fabián tras un año de estar vinculado en la fundación, tiene un aula exclusiva para este tipo de alumnos, donde les brindan la atención que requieren y van a su ritmo.
Un aspecto que para Martha es necesario mejorar es la atención médica para las personas con autismo, teniendo en cuenta que los diagnósticos se hacen tarde aLos niños con autismo pueden ser activos en la sociedad
Según Martha lo ideal es que el niño reciba las terapias desde los primeros años de vida para que pueda desarrollar más fácil las habilidades comunicativas y de socialización. De igual forma, que se una el trabajo que hace el especialista en terapia ocupacional, la fonoaudióloga, el terapista físico y el psicólogo para que diseñen planes de atención integral más afectivos para los pacientes.
Hoy la fundación tiene sede en el barrio Modelia en Bogotá. Sin embargo, las personas interesadas en recibir asesoría pueden visitar la página web: www.fundacionrompiendobarreras.com
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