En
Canadá, un grave caso de intolerancia ocurrió este miércoles después de
que la familia de un niño autista de13 años de edad, recibiera una
carta anónima en la que alguien repudia los sonidos que hace el
discapacitado e incluso pide que le sea realizada la eutanasia.
La carta, dirigida a la madre del niño, fue dejada bajo de la puerta de la abuela de Maxwell y en ella se quejaban de que los ruidos “propios de un animal” que, según la vecina, “asustan a los niños normales”, además añadió que “los llantos de los bebés y los ladridos de los perros son ruidos normales, pero el ruido que hace su hijo no lo es”, la carta que incluye un fuerte contenido, sugiere incluso que al niño se le aplique la eutanasia y en ella afirman que tampoco debería tener derecho de pasear por el barrio.
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