Se realizó en San Rafael una importante charla sobre Autismo en las instalaciones del Concejo Deliberante de la que participaron profesionales de la fundación Miradas de Mendoza en conjunto con otros del Servicios Educativos de Origen Social.
El trastorno del espectro autista (ASD) es una gama de trastornos complejos del neurodesarrollo, caracterizado por impedimentos sociales, dificultades en la comunicación, y patrones de conducta estereotipos restringidos y repetitivos.
El trastorno autista, a veces llamado autismo o ASD clásico, es la forma más grave de ASD, mientras que otras afecciones a lo largo del espectro incluyen una forma más leve conocida como síndrome de Asperger, una afección rara llamada síndrome de Rett, el trastorno de desintegración infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (generalmente conocido como PDD-NOS).
Aunque ASD varía significativamente en carácter y gravedad, se produce en todos los grupos étnicos y socioeconómicos, y afecta a todos los grupos etarios. Según el Instituto Nacional de la Salud de EEUU, los varones tienen cuatro veces más probabilidades de tener ASD que las mujeres.
Nelly Boiffer es terapista ocupacional y ejerce como presidenta de la Fundación Miradas de Mendoza. Explica que hay que hablar de autismo, que la gente sepa lo que es, que pueda interpretar los comportamientos de los niños, sus conductas, sus dificultades, pero también que son generadores de potencialidades. “Es una obligación desde la sociedad darle oportunidades a esos niños”, indicó.
Aseguró que es importante realizar un diagnóstico precoz ya que “el peor tratamiento es no hacer nada, porque en ese esperar y en ese decirle a los papás que se queden tranquilos, se atrasan los diagnósticos y los niños pierden tiempo, sus cerebros pierden tiempo porque no acceden a la información que deberían”, dijo y resaltó que esos diagnósticos “no son de un niño, sino de una familia porque la compromete completamente”.
Si bien no hay estadísticas provinciales, es conocido que hay muchos más casos de autismo que los que se han detectado, puesto que sí son alarmantes las estadísticas a nivel mundial. Hace algunos años se calculaba que cada 150 niños, uno era diagnosticado con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), mientras que las estadísticas de nivel mundial arrojan que uno de cada 50 niños padece esta condición. Boiffer asegura que no se trata de una epidemia ni una enfermedad transitoria que pueda ser curada con una vacuna, sino que las causas que lo generan son genéticas y ambientales.
Desde la fundación lo que se intenta hacer es ayudar en los diagnósticos a los papás y asesoramiento, lo cual no tiene ningún costo. Así mismo se los deriva a los profesionales competentes. Por otra parte se intenta a través de diversas estrategias que la sociedad tome conciencia de lo importante que es tener un programa de detección temprana. Si cada departamento de Mendoza tuviera un programa así, se evitaría a niños y padres tener que trasladarse para hacer tratamientos en Capital. “Eso es responsabilidad del sector político y del sector educativo”, manifestó. Otra Tarea es lograr que los docentes no se sientan solos en la tarea de integrar a un niño con autismo.
El autismo puede darse en un único diagnóstico, lo que no descarta que porque el niño tenga otro síndrome no pueda también tener autismo. Esto genera un pronóstico y estrategias diferentes ante el trastorno. El abordaje ideal siempre es interdisciplinario, lo que incluye la musicoterapia, arteterapia, equinoterapia y la hidroterapia, que son canales de estimulación al niño; la fonoaudióloga, la psicóloga, la terapista ocupacional y la psicopedagoga.
¿Cómo se diagnostica el autismo?
ASD varía ampliamente en gravedad y síntomas y puede pasar sin ser reconocido, especialmente en los niños levemente afectados o cuando está enmascarado por impedimentos físicos más debilitantes. Los indicadores muy precoces que requieren evaluación por un experto incluyen:
a) no balbucear o señalar al año de edad
b) no pronunciar palabras únicas a los 16 meses o frases de dos palabras a los 2 años de edad
c) no responder a su nombre
d) pérdida del lenguaje o las habilidades sociales
e) contacto visual inadecuado con la madre cuando lo amamanta
f) alineamiento excesivo de juguetes u objetos
g) no sonreír o mostrar receptividad social.
Los indicadores tardíos incluyen:
a) capacidad limitada para establecer amistades con pares
b) capacidad limitada para iniciar o sostener una conversación con otros
c) ausencia o deterioro del juego imaginativo y social
d) uso estereotípico, repetitivo o inusual del lenguaje
e) patrones de interés restringidos que son anormales en intensidad o enfoque
ü preocupación por ciertos objetos o sujetos
ü adherencia inflexible a rutinas o rituales específicos.
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