27 de enero de 2013

México: Salud Jalisco ofrece sólo hacer diagnóstico de autismo

  • Carencias. Brindan atención psiquiátrica
  • Reconocen que el Centro de Atención Integral en Salud Mental Estancia Breve se ve rebasado por el número de pacientes
GUADALAJARA, JALISCO (27/ENE/2013).- Si un padre de familia nota signos extraños en la conducta de su hijo, acude al Centro de Atención Integral en Salud Mental (Caisame) Estancia Breve, y lo que resulta es que tiene autismo, el niño sólo recibirá un diagnóstico.

El área de paidopsiquiatría detecta el problema, da el diagnóstico y se otorga orientación. En caso de ser necesario, se puede dar el complemento de la atención médica psiquiátrica por parte de algún especialista.

Sin embargo, la paidopsiquiatra adscrita al Servicio de Consulta Externa de Caisame Estancia Breve, Raquel González Burns, asegura que por sus características, en ocasiones el autismo necesita de un apoyo de rehabilitación y educativo, y no sólo el psicológico, por lo que no se puede ofrecer más en esa instancia.

Cuando el caso es así, los padres reciben orientación sobre las instituciones que pueden ayudarlos, pues el centro, que pertenece al Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme), no cuenta con la infraestructura ni recursos necesarios.

Señala que la cantidad de pacientes que debe atender el Caisame rebasa las capacidades del propio instituto.

“La cantidad de pacientes que tenemos que atender rebasa la necesidad de los pacientes; este tipo de niños requiere de una atención supervisada muy estrecha, o de programas de rehabilitación muy frecuentes, y desgraciadamente no alcanzamos a cubrir toda la expectativa de tratamiento, por eso se les deriva”.

El autismo es apenas del uno al 5% de la demanda de consulta en el Caisame, mientras que los trastornos depresivos, de ansiedad, ocupan el grueso de la consulta, así como el déficit de atención o hiperactividad.

A uno de los lugares donde se deriva a los pacientes es el DIF Zapopan, donde se cuenta con un centro integral para niños autistas.

Es en este escenario donde entran las asociaciones civiles que reciben a niños con autismo, que aunque algunos reciben recursos de la iniciativa privada o del gobierno, no es suficiente para responder al llamado de los padres que buscan un lugar adecuado para la atención de sus hijos.

SABER MÁS

¿Cómo detectarlo?


Es un trastorno, no una enfermedad. Las conductas varían dependiendo la persona, pero el signo más común es la dificultad de un niño para hablar y comunicarse. Otro indicativo es que señalan el objeto que quieren. Los autistas sí procesan la información, pero de manera distinta a los demás.

BUSCAN INDEPENDENCIA

En el autismo, una de las acciones que marcará la pauta entre una buena calidad de vida y una que no la tenga, es el diagnóstico y la atención tempranos.

El principal objetivo del abordaje especializado en alguien con autismo, es ayudarlos a comunicarse y ser independientes, para que cuando sean mayores, no dependan 100% de sus allegados.

Una persona adulta con autismo severo, que no recibió la atención adecuada, que no sabe comunicarse y que no cuenta con nadie en quién apoyarse, puede terminar desamparado cuando sus familiares fallezcan.

Uno de los lugares a donde llegan es al Caisame Estancia Prolongada, también conocido como El Zapote, en donde se les une con enfermos mentales.

“Hay casos de pacientes que ya han llegado como adultos, que nunca se les dio atención como niños, que evidentemente son casos de autismo severo”, refiere la paidopsiquiatra Raquel González Burns.

Por ello, es importante que los padres de familia conozcan signos como retraso en el lenguaje o conductas diferentes a las de cualquier niño de la edad de su hijo, para que se acerquen a un especialista.

Otro apoyo son los maestros, quienes tienen contacto directo con los niños, por lo que es necesario que al menos tengan información básica del trastorno y detecten en sus alumnos algún posible caso de autismo.

Cuando una persona no fue diagnosticada a tiempo y, por lo tanto, no recibió atención especializada y mutidisciplinaria, puede que al paso de los años requiera supervisión las 24 horas.

Lo recomendable en todos los casos es que las familias extiendan sus redes de apoyo, para que en caso de que ellos falten, exista la posibilidad de que pueda tener un nivel de vida humanamente adecuado.

TRATAMIENTO

Abordaje educativo y terapéutico


Lo más importante que se debe trabajar en un niño autista es el aspecto educativo y terapéutico, además del sensorial.

En la parte del lenguaje se debe lograr un modo de comunicación para el niño, mostrarle qué es y para qué sirve.

A la par de la terapia con el niño, es necesario que los padres la tomen, para que les ayude a comprender más a su hijo y su trastorno.

CRÓNICA

Un niño deseado


Ricardo ama bailar, jugar y abrazar a sus compañeros. Va en tercero de preescolar, en una escuela regular.

Sentado, en una silla que le queda grande, apoya sus pequeños codos sobre la mesa y se come una hamburguesa en un restaurante de Guadalajara. Se para, juega un poco con su hermana, van al área de juegos y regresan. El resto de los niños en el lugar hacen lo mismo.

Ricardo es hijo de María Elena Anguiano y Tonatiuh Lay; tiene autismo diagnosticado, acude a la escuela y actualmente trabaja en su comportamiento, ya que es muy efusivo y abraza mucho a sus compañeros, cosa que a algunos les incomoda.

La intranquilidad de saber que algo no estaba bien, llevó a María Elena y Tonatiuh a optar por las terapias de estimulación temprana y de lenguaje, además de citas al psicólogo.

Los médicos no encontraban nada anormal, pero un neuropsicólogo y un neuropsiquiatra lo diagnosticaron con autismo.

Esta situación ha hecho que tanto María Elena como Tonatiuh, ambos sociólogos, trabajen en la inclusión educativa, en buscar espacios para los niños con autismo, así como en trabajar en la eliminación de estereotipos y mitos en torno al autismo.

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CIFRAS VARIANTES

Estadística poco confiable y confusión


A nivel internacional no existe una estadística confiable en cuanto a la prevalencia del autismo; mucho menos existe a nivel nacional o local.

Esto se debe, refiere la paidopsiquiatra Raquel González Burns, a que los diagnósticos son difíciles de realizar bajo un solo criterio, a que hay muy pocos psiquiatras infantiles y a que, además, hay niños que nunca son diagnosticados por diversas razones.

“Hay quien dice que va de cuatro a 10 por cada 10 mil habitantes, pero hay estadísticas que reconocen hasta 30 o 50 casos de autistas por 10 mil habitantes; la estadística varía en base a quién hace el diagnóstico y a la disponibilidad de personal especializado para hacerlo”.

Por su parte, la psicóloga del Centro Psicoeducativo Atzan, Laura Ríos, señala que al momento de hacer el diagnóstico muchos especialistas confunden el autismo con el síndrome de asperger, que ambos están dentro del espectro autista.

“Se confunden porque están afectadas las mismas áreas, que son la comunicación, el lenguaje, la capacidad para socializar, la flexibilidad mental, la imaginación”.

El síndrome de asperger puede pasar desapercibido en una persona considerada como “antisocial” o como un niño “raro”. El autismo se puede identificar desde los dos primeros años de edad, dependiendo de la severidad.

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