MADRID- El jinete Cayetano Martínez de Irujo presentó el martes, en la escuela municipal de hípica de Las Rozas, un proyecto de hipoterapia en el que participan varios jóvenes con autismo. El nuevo programa, impulsado por la Comunidad de Madrid, en colaboración con la asociación Nuevo Horizonte, pretende propiciar cambios positivos en el estado físico, emocional, social o cognoscitivo de los ocho participantes, a través de los movimientos de los caballos, que estimulan a los jóvenes, y los ayuda a reforzar la autoestima y la concentración.
Mari Carmen Muela, directora técnica de la asociación Nuevo Horizonte, explicó que este programa se empezó a desarrollar hace ya más de diez años en su organización como experiencia piloto. «Al principio los que participaban en estos programas eran personas con autismo con menor grado de afectación y mayor edad. Ahora se está desarrollando con jóvenes de un grado mayor de afectación, una de ellas incluso con discapacidad visual asociada» asegura Muela.A través de estas terapias, se busca conseguir el acercamiento y la familiarización con el caballoen cuestión. «Para ello, el animal tiene que tener un carácter manso y un buen nivel de tolerancia, y los expertos que desarrollan la terapia deben marcar una rutina y diseñar ejercicios adecuados a cada usuario. Por eso, a partes iguales, intervienen expertos en equinoterapia y terapeutas especializados» señala.
En la Asociación Nuevo Horizonte los grupos están formados por cuatro pacientes, y cada sesión tiene una duración de hora y media. Así, una vez a la semana, los participantes rotan por las diferentes actividades e intercalan ejercicios a pie, ejecicios montando a caballo, actividades de familiarización, labores de cepillado del caballo, y clases de aprendizaje de las partes del caballo.
Mari Carmen asegura que, aunque la equinoterapia no cura el autismo, ya que es sólo un complemento a los tratamientos específicos de cada persona, sí mejora numerosos aspectos relacionados con diferentes áreas del desarrollo, y proporciona un carácter lúdico y motivador que hace participar más activamente en las sesiones.
Así, los beneficios se observan en la mejora en la forma física, y en la recuperación del sentido del equilibrio y de la coordinación. «Y mejora el aspecto más complicado del autismo: la concentración, ya que el paciente tiene que coordinar órdenes con movimientos, para que el caballo, por ejemplo, gire a la izquierda» apuntó.
Una terapia al aire libre que motiva
El mundo ecuestre facilita de forma muy efectiva y diferente el aprendizaje, por lo que se emplea en terapias de recuperación de memoria y de atención. En la equinoterapia, la duración del programa es de 3 años o más, y pueden ampliarse o reducirse en función de la evolución. En la asociación Nuevo Horizonte, ocho o nueve personas cada año reciben el tratamiento. Tres años después, la asociación les oferta otro tipo de actividades que les proporcionen otros estímulos, como los deportes o las clases de arte. La hipoterapia además aporta motivación entre los pacientes al desarrollarse en un entorno abierto con más gente.
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