Vivir
con autismo es un reto diario. El también denominado síndrome del
espectro, debido a que la gama de capacidades y conductas pueden
observarse en diversos grados, es una condición de un sector de la
población mundial que paulatinamente va ganando la atención de las
autoridades, en gran medida por el activismo de los propios familiares
de quienes viven con esa forma particular de situarse en el mundo.
Un ejemplo de ello es la recientemente promulgada Ley General para la Atención y Protección a Personas con la Condición del Espectro Autista que ubica a México entre los países con una legislación de avanzada que reconoce los derechos humanos de este sector de la población.
Sin embargo, todavía se sabe muy poco de
esa condición humana. En México no hay un censo sobre el número de
personas con autismo y mucho menos existen instituciones especializadas
para su atención.
De hecho, ese fue uno de los problemas a los que se enfrentó la
fundación Kodomo, que se creó desde hace tres años en Playa del Carmen.
Damaris Menes de Mendicuti, su presidenta, recorrió las principales
ciudades del país, incluso la propia capital mexicana, para conocer cómo
funcionan esos centros y tomar sus experiencias para construir sus
instalaciones.
No encontró uno solo. Damaris Menes
regresó con las manos vacías, pero con el apoyo de un arquitecto y de la
actual directora de Kodomo, Nayeli Pérez Fuentes, quien fue la primera
terapeuta de su hijo Manuel, con la experiencia que habían acumulado
diseñaron las instalaciones, que entraron en operación hace casi un año
con capacidad para atender a 100 niños cada semana.
Hoy, en entrevista, Damaris Menes Ramos,
nos habla de la fundación, de sus logros y objetivos. Muchas gracias
por recibirnos en estas instalaciones ubicadas en Playa del Carmen.
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