Educar a un niño con autismo no es una tarea sencilla, requiere mucha paciencia y dedicación. Y es que a medida que el niño comienza a crecer y los síntomas se agudizan, la docilidad de los primeros años desaparece y en su lugar surgen conductas más indiferentes y desafiantes. Por eso, es importante tomar cartas en el asunto e implementar algunas estrategias educativas que allanen el camino.
1. Estructurar bien el entorno
Su principal objetivo es adaptar al niño a los diferentes espacios, según las actividades que debe realizar en estos. En esencia, se trata de estructurar el ambiente con diferentes materiales, en dependencia de las tareas que se vayan a desarrollar. Por ejemplo, en el comedor puedes colocar la vajilla encima de la mesa antes de que el niño entre, así como cuadros que hagan alusión al acto de comer. Al contrario, debes evitar colocar objetos ajenos a la actividad que se realiza en la habitación, como un televisor o un ordenador.Con esta sencilla estrategia lograrás que el niño se adapte con mayor facilidad a los diferentes entornos y comprenda qué actividad debe realizar en cada uno. También puedes utilizar láminas identificativas cuando visitéis sitios nuevos. De esta manera el niño comprenderá qué se espera de él.
2. Anticipar actividades y comportamientos
La mayoría de los niños con autismo se ensimisman en sus actividades preferidas, por lo que se muestran ansiosos e irritables cuando se les conmina a cambiar de tarea. Una estrategia muy sencilla para evitar este problema consiste en anticipar las tareas diarias y el comportamiento que se espera obtener. Para lograrlo, es conveniente recurrir a las imágenes ya que estos pequeños suelen tener una excelente memoria visual y pueden recordar con mayor facilidad las secuencias de tareas si se presentan a través de imágenes.Por ejemplo, puedes preparar un set de imágenes que representen las actividades cotidianas y las tareas nuevas que debe realizar. Al inicio del día, puedes mostrarle la secuencia de actividades que tendrá que hacer a lo largo de la jornada y cada vez que termine una tarea, le explicas que la actividad que hacía ha finalizado y que pasará a una nueva, en este momento debes brindarle detalles sobre la nueva actividad y enseñarle las imágenes. Está técnica de anticipación también es útil para indicar la aproximación de un evento que le molesta o incluso de una circunstancia nueva.
3. Introducir los cambios paulatinamente
Por lo general, los niños autistas desarrollan una esfera de intereses muy limitada que los motiva a enfrascarse solamente en determinadas actividades. De hecho, no es extraño que se apeguen a las mismas rutinas y que tengan rabietas o se comporten de manera inadecuada si se ven obligados a cambiar sus hábitos. En muchos casos, esto conlleva a que los padres se encierren en casa, volviéndose cómplices del aislamiento de su hijo. Sin embargo, existe una estrategia para lograr progresos en la conducta social del niño.La idea es que desde pequeño, le acostumbres al cambio. Se trata de que no frecuentéis siempre los mismos lugares o que toméis rutas diferentes cada vez. Poco a poco, introduce pequeños cambios en la rutina cotidiana, preséntale nuevos juguetes y a nuevas personas. Por supuesto, no se trata de que le bombardees con nueva información, porque será totalmente contraproducente, sino de que incluyas pequeñas transformaciones que le permitan aceptar mejor el cambio cuando este se produzca.
4. Dar instrucciones de acuerdo a su nivel de desarrollo
Enseñar a reconocer y ejecutar instrucciones sencillas es una estrategia básica para la educación de un niño con autismo. Sin embargo, no se trata de una técnica tan fácil como parece a simple vista. Primero debes comenzar con instrucciones sencillas como: “Párate”, “Guárdalo” y “Toma”. Es probable que al inicio el niño no responda a estas instrucciones pero si eres perseverante, terminará comprendiéndolas y ejecutándolas.No obstante, para no confundirle aún más, es mejor que le ayudes a seguir la orden, en vez de repetirla verbalmente una y otra vez. También es aconsejable esperar el momento propicio para darle las instrucciones porque si el niño está enfrascado en otra actividad, es posible que no te preste atención. Lo ideal es que te coloques de frente y, mirándolo a los ojos, le pidas lo que deseas.
5. Exigir normas de comportamiento
Muchos padres y cuidadores de niños con autismo suelen pasar por alto las normas de convivencia. Sin embargo, es fundamental que los niños sigan las mismas normas que el resto de sus coetáneos, aunque necesiten mayores niveles de ayuda para lograrlo. La clave consiste en brindarles instrucciones sencillas, acordes a su nivel de desarrollo.El primer paso será exigirle que cumpla las mismas normas y límites que sus compañeros o hermanos. Por supuesto, tendrás que hacer algunas concesiones y explicarle varias veces de manera clara y sencilla qué debe hacer. Por ejemplo, si quieres que aprenda a esperar su turno en una cola, puedes pedírselo directamente y, aunque se muestre irritado o molesto, debes hacerlo esperar, sin enojarte pero mostrándole que debe permanecer allí. Las primeras veces será difícil pero poco a poco, el nivel de tolerancia del niño aumentará.
(Tomado de http://www.etapainfantil.com/estrategias-educativas-para-ninos-con-autismo)
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