Hablamos sobre la temática con el pediatra Alejandro
Luchessi, el director de la película «El Pozo» Rodolfo Carnevale y la
referente en Córdoba de TGD Padres-TEA Romina Amarrillo.
A
nivel mundial se ha registrado un constante aumento de casos con niños
que presentan el trastorno del autismo; cada 90 segundos se diagnostica
uno.
En el 2007 la Organización de Naciones Unidas (ONU) decretó el 2 de
abril como fecha para establecer el Día Mundial de Concienciación sobre
el Autismo, reconociendo la urgencia y la gravedad de la situación.
De tal trastorno se desprende un abanico de aristas y experiencias
que no solo involucran a quien lo padece, sino a los familiares. En
nuestro país, las personas vinculadas a alguien diagnosticado con el
síndrome, buscan lograr mayor concienciación, inclusión social y ampliar
las leyes que supuestamente amparan a la persona con capacidades
diferentes.
Una mirada científica
El autismo involucra la alteración en «el comportamiento, el lenguaje
y las actitudes sociales», especificó el pediatra Alejandro Luchessi.
«Lo más característico es que siempre existen las tres. Si está presente
solo una o dos de ellas, es posible que no se trate de un autismo, sino
de otro problema inherente al desarrollo».
Ante dicho panorama, es «el pediatra quien avezadamente debe ir
observando cómo va creciendo el niño y, de acuerdo con ciertas pautas,
es posible esbozar una sospecha». Lo que no se debe hacer, indicó el
médico, es «levantar sospechas en los padres, ya que a veces hay que
descartar otros motivos». Y continuó: «El especialista tiene la
posibilidad de hacer un adecuado interrogatorio de los antecedentes
familiares, de los hábitos tóxicos de los padres, del número de
hermanos, el número de congruencia de otros casos en la familia. Así se
concibe una visión panorámica».
Resaltó el «aspecto preventivo» como trascendental, ya que «se puede
trabajar mucho en esto y con buenos resultados». Al tratamiento lo debe
llevar a cabo «un equipo interdisciplinario, y justo antes de la
medicación», expresó el especialista. En el caso de que «se posponga
mucho tiempo el abordaje terapéutico, puede ser irreversible hacia la
edad adulta».
Los daños ocasionados por el síndrome se «pueden disminuir», aclaró
Luchessi, quien comentó: «Toda la experiencia que transitamos y tenemos
sobre el autismo, va desde el punto extremo de culpar a los padres, cosa
que no es, hasta decir que las causas son solo físicas y tienen
tratamiento medicamentoso».
Según Luchessi, «el tratamiento farmacológico debe iniciarse bajo
estricto control del neurólogo pediatra quien, en contraste con la
evidencia, podría habilitar el mejor desarrollo del niño y no medicarlo
de manera estandarizada».
De cara a la realidad
A
partir de su experiencia, ya que su hermano tiene el síndrome, y con la
intención de reflejar los racontos de los efectos que el autismo
produce en las relaciones familiares, el director de cine Rodolfo
Carnevale produjo la película «El Pozo».
Mediante la organización de la Secretaría de Educación, Desarrollo
Social y Derechos Humanos, el film se proyectó hace unos días en nuestra
ciudad. En la oportunidad, estuvo presente su creador.
La historia trata sobre el drama de una familia que «está viendo cómo
salir adelante, ya que tienen una hija de 26 años y desde los cuatro
años conviven con el autismo. Los padres están agotados y no saben cómo
manejar la situación. Es allí donde comienza el dilema de internarla o
no».
El nombre de «El Pozo» denota la situación especial por la que están
pasando los familiares. «Es una palabra utilizada por los padres en las
primeras terapias cuando les dan el diagnóstico. Se sienten en un pozo,
cayendo y sin salida, en plena oscuridad», indicó el director.
La película fue presentada en diferentes provincias de Argentina, y
también en otros países. «Después de la proyección, se acercan padres y
profesionales diciéndome la similitud a la realidad; que las vivencias
son las mismas. La gente necesita conocer esto; te das cuenta que no es
un tema de una minoría», aseguró.
La intención es «generar conciencia». A este tema se lo trata como
«si fuera un tabú, es algo a lo que no le prestamos atención. Se debe
trabajar con las familias que tienen estos chicos, ya que es un síndrome
bastante difícil de llevar».
Reflexionó que «si puedo aportar algo para que sume y la gente comience a hablar sobre este tema muy poco conocido, soy feliz».
Buscar apoyo
Como lo refleja el rodaje, las familias deben adaptarse al síndrome
diagnosticado e ir lidiando y aprendiendo las vicisitudes que plantea. A
raíz de lograr contención, quienes atraviesan esta situación buscan
juntarse y acompañarse en lo que les toca vivir.
«Hace
cinco años cuando nos dieron el diagnóstico de mi hijo Julián que tiene
ocho años, tuve la necesidad de buscar a alguien que estuviera pasando
por lo mismo», expresó Romina Amarillo, referente en Córdoba de TGD
(Trastorno Generalizado en su Desarrollo) Padres-TEA (Trastorno del
Espectro Autista).
Esta es una agrupación de familiares de chicos con TEA que se
conformó en Buenos Aires y desde hace años busca la modificación de la
ley de discapacidad, la inclusión social, la educación y la proyección
de vida a largo plazo.
Desde su vivencia, la mamá comentó que «pasás por muchas etapas a
partir del diagnóstico. Al principio cuando no encontraba un entorno
donde sentirme cómoda, porque notaba que mi hijo es diferente de los
demás, empecé a volverme tan autista como mi niño y toda la familia lo
hizo. Comencé a encerrarme, porque cuando salía me daba cuenta que mi
hijo la pasaba mal, y sufría mucho. De a poco fui saliendo. Paliás de
alguna manera la situación, vas aprendiendo».
En la búsqueda por sentirse reflejada, investigando por Internet
encontró un mail de este grupo de papás y «empezamos a tratar de hacer
una movida para juntarnos.
«Descubrí que esa necesidad que tenía de contención, la sentían todos
los padres. Escucharnos y saber cómo vive el otro», señaló Romina y
agregó que «necesitaba un espacio; que alguien me ayudara a conocer cómo
hacer ciertas cosas. En la terapia podés aprender un montón, pero no el
día a día, hay cuestiones que no están incluidas».
Una vez al mes, los papás y las mamás «nos juntamos cada uno para
hablar y también pasarla bien. Hay mujeres que solo tienen ese momento
para despejarse, porque no tienen dónde dejar a sus hijos».
La mamá citó una escena de la película «El Pozo» y remarcó que
«existe una situación en la que el padre de familia se sienta a tomar
una cerveza con un amigo, le cuenta sobre distintos sucesos que van
ocurriendo en su vida con su hija que padece autismo. En un momento le
pregunta si puede entenderlo, pero el amigo lo mira dándole a entender
que no». El acontecimiento según Romina, refleja que «el tema de
juntarse con padres con niños con TEA, es sentirse tranquila. Si estás
con otras familias y el niño grita, nadie te va a mirar con cara rara».
Borrar un estigma
En relación al film que trata sobre la temática, destacó que «lo
bueno de que existan, es desmitificar la idea implantada de que nuestros
hijos son totalmente aislados».
La última campaña emprendida por la agrupación de familiares se
denominó «Hablemos de autismo». El objetivo fue que «la gente se empiece
a acostumbrar y concienciar de que cuando uno dice autismo, no es solo
una persona que se tambalea o golpea».
Uno de los anhelos para la mamá sería «ver que la misma aceptación
que tiene el niño con síndrome de down, la tenga el que posee TEA». Y
agregó: «Nos mostraron que la persona con este trastorno se escondía,
pero los padres lucharon para que la sociedad entendiera que era tan
igual como los demás. Que puede trabajar, estar en una institución; sólo
tiene una capacidad diferente, pero puede hacerlo».
Los chicos «van a tener TEA toda la vida. Lo único que hago con su
terapia es atacar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Hoy los
terapeutas abrieron el espectro y la visión, porque se ve la necesidad
que tenemos los padres de salir por ejemplo a hacer las compras o ir a
un parque de diversiones y que tu hijo lo disfrute».
Reivindicar los derechos
A partir del 2013, el Trastorno Generalizado en su Desarrollo se va a
denominar Trastorno del Espectro Autista en los nomencladores que
especifican los trastornos a nivel mundial.
En este aspecto, Aníbal Fernández presentó tres proyectos de ley destinados a la detección temprana y a la atención de TEA.
Una está vinculada con el MCHAT. Es un breve cuestionario de
observación sobre conductas cotidianas para que se administre a niños
entre 18 y 24 meses y sirve para la detección precoz. Se incorporará
como parte integrante del Programa Médico Obligatorio vigente.
Otro punto es el que modifica la ley de Sistema de Prestaciones
Básicas en Habilitación y Rehabilitación Integral a favor de las
personas con discapacidad, para garantizar la inclusión de prestaciones.
Por último, la propuesta es para padres trabajadores en relación de
dependencia. Trata de una licencia de seis meses y sin goce de sueldo a
partir de la fecha de diagnóstico del hijo afectado. Los mismos podrían
adquirir el cobro de una asignación familiar para que se avoquen al
tratamiento. El monto será igual a la remuneración que percibiría si
prestara el servicio.
Más info
Quien desee consultar material sobre TEA puede acceder al Facebook:
Tgd Padres Córdoba. Para comunicarse con Romina Amarillo el teléfono es
0351-153878514. Twitter: @tgdpadrescba.
Lic. Evangelina Bustamante
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