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Nuestras felicitaciones, y aunque Jean no parecer ser un chico con autismo, nuestro agradecimiento al programa Cuarto Poder, por mostrarnos la realidad de su mundo, y sobre todo, la dificil realidad del mundo de su abnegada madre.
A lo largo de nuestra experiencia institucional, siempre hemos considerado de suma importancia, que cualquier niño que muestre conductas no siempre equiparables a otros niños de su edad, puedan ser diagnósticados lo más pronto posible, pues dicho diagnóstico nos coloca en el punto de partida para una correcta y precisa evaluación, y de ahí, poder decidir las estrategias y terapias más adecuadas para enfrentar dichas conductas.
Sin embargo, la experiencia de tantos años, con personas del amplio espectro del autismo, también nos ha enseñado, que dichas terapias y procedimientos no necesariamente tienen que esperar hasta obtener un "diagnóstico", que para éstos casos, se convierten en una "etiqueta" que puede retardar la debida e inmediata atención.
Es decir, que independientemente de la categoría diagnóstica que le corresponda a Jean, no debe tardarse en la elaboración y realización de un Programa Individualizado de Atención.
Pero por otro lado, hay dos puntos sumamente importantes para éste comentario:
Primero, que autoridades y público en general, deben reflexionar y tomar conciencia de la situación de desempleo y pobreza extrema en la que se encuentran muchos padres que cuentan con niños con autismo y con niños como Jean.
Segundo, que hay una obligación, no sólo ética y moral, sino también política, por parte de las autoridades, el gobierno y el Estado, de resolver estos graves problemas, de ésta y otras familias peruanas que se encuentra en tan difíciles condiciones.
Todo esto, debe ser recogido y garantizado por la nueva Ley General de las Personas con Discapacidad.
No hacerlo, implicará seguir condenando a un importante sector de la población de este país, a la precaridad y a la marginación.
A lo largo de nuestra experiencia institucional, siempre hemos considerado de suma importancia, que cualquier niño que muestre conductas no siempre equiparables a otros niños de su edad, puedan ser diagnósticados lo más pronto posible, pues dicho diagnóstico nos coloca en el punto de partida para una correcta y precisa evaluación, y de ahí, poder decidir las estrategias y terapias más adecuadas para enfrentar dichas conductas.
Sin embargo, la experiencia de tantos años, con personas del amplio espectro del autismo, también nos ha enseñado, que dichas terapias y procedimientos no necesariamente tienen que esperar hasta obtener un "diagnóstico", que para éstos casos, se convierten en una "etiqueta" que puede retardar la debida e inmediata atención.
Es decir, que independientemente de la categoría diagnóstica que le corresponda a Jean, no debe tardarse en la elaboración y realización de un Programa Individualizado de Atención.
Pero por otro lado, hay dos puntos sumamente importantes para éste comentario:
Primero, que autoridades y público en general, deben reflexionar y tomar conciencia de la situación de desempleo y pobreza extrema en la que se encuentran muchos padres que cuentan con niños con autismo y con niños como Jean.
Segundo, que hay una obligación, no sólo ética y moral, sino también política, por parte de las autoridades, el gobierno y el Estado, de resolver estos graves problemas, de ésta y otras familias peruanas que se encuentra en tan difíciles condiciones.
Todo esto, debe ser recogido y garantizado por la nueva Ley General de las Personas con Discapacidad.
No hacerlo, implicará seguir condenando a un importante sector de la población de este país, a la precaridad y a la marginación.
ASPAU PERU
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