S. REI - VILAGARCÍA La posibilidad de acceder al mercado laboral supone importantes mejoras en la autonomía y la capacidad de relacionarse de las personas que padecen algún trastorno del espectro autista. Lo ratifica el presidente de Bata, Ignacio Rey, que desde hace años trabaja en la organización de una bolsa de trabajadores formados y en su colocación, principalmente en el sector servicios y en la hostelería. Si conseguir un puesto de trabajo es complicado para cualquier persona en el contexto actual, la situación se vuelve todavía más complicada cuando se padece algún tipo de discapacidad intelectual. En estos casos, "la mayoría de las veces nos encontramos con todas las puertas cerradas".
La experiencia demuestra que los afectados por trastornos del espectro autista con experiencia laboral "aumentan muchísimo su nivel de autoestima". Más allá de una cuestión de posibilidades profesionales y económicas, en estos casos el empleo juega un papel decisivo en la potenciación de la autonomía personal. "Muchos usuarios sienten que no pueden hacer nada más con sus vidas que estar en un centro ocupacional, y en ese sentido el poder acceder a un trabajo en igualdad de condiciones con otras personas es un factor muy importante", asevera Rey.
En los últimos años la experiencia ha demostrado a Bata que el autismo en absoluto tiene que ser un factor excluyente. Y muchos de los que han tenido la oportunidad de empezar a trabajar mantienen su puesto. Es el caso de un usuario, que hace dos años realizó un curso teórico práctico en el hotel Hesperia Isla de la Toja. "Al terminar, estuvo trabajando un año como temporal, y a continuación lo hicieron fijo discontinuo. Ahora mismo no está trabajando porque es temporada baja, pero en Semana Santa probablemente volverá a reincorporarse a su puesto en la recepción", explica el presidente de Bata.
Ignacio Rey tiene claro que la reedición de este tipo de convenios con empresas es la base del proceso de aprendizaje e integración de las personas con trastornos del espectro autista. "Se trata de proyectos muy potentes, porque permiten una relación directa con los compañeros y fomentan el trabajo en equipo. Pero lo más importante es que los que participan se forman trabajando, y en estas personas este es el mejor modelo para adquirir competencias".
Hace dos años Bata realizó su primer curso con el hotel Hesperia Isla de la Toja. Y desde entonces sus usuarios mantienen un buen número de relaciones personales con sus antiguos compañeros, "se llaman por teléfono y quedan de vez en cuando". "La idea es extrapolar los beneficios y conseguir que la experiencia sirva para la vida diaria y personal. Porque además del aprendizaje laboral, se produce una integración social muy potente y se fomentan las habilidades para relacionarse", explica Rey.
"Muchos de los que pasaron por este curso nunca habían estado en un hotel ni sabían como era", y su vida se reducía a una rutina entre el centro de día y el regreso a casa, a menudo en entornos rurales "bastante aislados y con pocas posibilidades de socialización". En ese sentido, la experiencia ha supuesto el acceso a un mundo nuevo y, sobre todo, a nuevas amistades.
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