Sara Arellano / SUMEDICO
México, D.F. 16 de febrero de 2012
¿Sabías que el autismo es un trastorno del desarrollo que aparece en los tres primeros años de vida y que mientras más pronto se detecte, un mejor control se puede tener?
El autismo tiene algunos mitos, según explicó María del Carmen Marroquín (*) en entrevista con SUMEDICO, “algunas personas creen que el autista es muy inteligente o que siempre tiene retraso mental y no es así, puede haber niños que en definitiva tengan el retraso, otros alcanzan un coeficiente intelectual como la media y otros superan a la media, pero eso depende de cada caso”.
Con esto, la directora de la Clínica Mexicana de Autismo (Clima), indicó que no es posible englobar en un mismo estatus a todos los niños que presentan el trastorno, aunque evidentemente sí comparten muchas características que permiten el diagnóstico.
Detectar la enfermedad, dijo Marroquín, puede ser complicado porque hasta la fecha no existe ningún estudio médico que lo indique, ni se conoce una causa como tal que lo propicie, “más bien nos tenemos que fijar en las conductas que presenta el niño para diagnosticarlo”.
Un trastorno más psicológico que médico
De acuerdo con la directora de Clima, este trastorno se caracteriza principalmente porque el paciente presenta un desarrollo inusual en la comunicación, es decir su lenguaje verbal y no verbal se ve afectado, tiene comportamientos diferentes a los demás y es torpe para la interacción social o simplemente prefiere aislarse.
Marroquín indicó que cuando esto ocurre como consecuencia de un proceso de desarrollo multifactorial, algunos circuitos cerebrales se ven afectados y en este caso además de terapias físico-conductuales, el niño requerirá de un tratamiento médico, que el neuropediatra, quien es el único autorizado para recetarlo, le dará.
Y, al ser un trastorno primordialmente de comportamiento, comunicación, lenguaje y de interacción social, básicamente el niño necesitará acudir a consultas o terapias que se enfoquen en corregir conductas inadecuadas como la autoagresión que en ocasiones se llega a presentar, y apoyos para que empiecen a promover la interacción con otras personas y se evalúa el IQ.
“Claro, siempre valorando al niño desde su propia individualidad porque cada una puede presentar diferentes síntomas y en diferentes grados de severidad e incluso en la misma persona los síntomas pueden variar”, afirmó María del Carmen Marroquín.
Asimismo la encargada de Clima refirió que aún cuando son más niños los que presentan este síndrome del desarrollo, en las niñas se encuentran los casos más severos, pero tanto en niñas como en niños, mientras antes se detecte, se le puede dar un mejor tratamiento y control al trastorno, aunque se sabe que hasta el momento no se puede aspirar a una “cura”.
Sospecha de autismo
María del Carmen Marroquín indicó que los papás pueden sospechar de autismo cuando su hijo tiene problemas para comunicarse incluso de forma no verbal, “por ejemplo cuando señalan algo usualmente usan el dedo índice y se acompaña con la mirada, pero los niños con autismo lo hacen con toda la mano y usan a algún adulto para conseguir lo que quieren y no lo hacen de forma natural como cualquier otro niño”.
Otras anomalías que comentó la directora de la clínica es que estos niños pueden ser mudos o presentar ecolalia, es decir que repiten palabras que escucharon previamente, pero en otro contexto y otro momento, o también presentan problemas para los pronombres.
Y en cuanto a la interacción social, “es difícil que interactúen con los padres o con niños de su misma edad”, mientras que respecto al comportamiento, Marroquín aseveró que “tienden a apegarse a objetos, tienen conductas peculiares como interesarse demasiado en hacer girar objetos, se balancean o giran sobre sí mismos y aletean repetidamente”.
Asimismo la representante de la clínica indicó que en la vida cotidiana estos niños pueden sentirse muy molestos cuando les cortan el pelo o estar muy irritables ante la presencia de algunos sonidos.
Son muy estrictos
Otra característica importante del autista, dijo Marroquín, es que son niños muy estrictos para las cosas, algunos presentan cierta flexibilidad pero muy poca, “por ejemplo las rutinas son algo que día a día deben de seguir exactamente igual”.
En cuanto a la comida, “son niños con dietas muy restringidas, no quieren comer muchas cosas, son muy selectivos y solo comen una o pocas cosas”.
Por ello aseguró que es preciso que se trabaje en las conductas y funciones para que se vaya desarrollando poco a poco las funciones que tienen limitadas o aparezcan las que no tienen, y se alejen de lo que es inusual como el aleteo.
Sin embargo, a pesar de ser un problema principalmente psicológico, el niño necesita diagnósticos tanto del psicólogo especialista en desarrollo, como de un neuropediatria y de un psiquiatra para ver si no hay comorbilidades, que en el autismo son muy comunes.
“El retraso mental y la epilepsia son las comorbilidades más comunes aunque también se han llegado a presentar rara vez otro tipo de trastornos mentales, y por ello el médico especialista tiene que valorarlo para darle el tratamiento adecuado y completo”, puntualizó Marroquín.
(*) Lic. María del Carmen Marroquín Segura
Directora técnica de Clima
clima_ac@hotmail.com
Con esto, la directora de la Clínica Mexicana de Autismo (Clima), indicó que no es posible englobar en un mismo estatus a todos los niños que presentan el trastorno, aunque evidentemente sí comparten muchas características que permiten el diagnóstico.
Detectar la enfermedad, dijo Marroquín, puede ser complicado porque hasta la fecha no existe ningún estudio médico que lo indique, ni se conoce una causa como tal que lo propicie, “más bien nos tenemos que fijar en las conductas que presenta el niño para diagnosticarlo”.
Un trastorno más psicológico que médico
De acuerdo con la directora de Clima, este trastorno se caracteriza principalmente porque el paciente presenta un desarrollo inusual en la comunicación, es decir su lenguaje verbal y no verbal se ve afectado, tiene comportamientos diferentes a los demás y es torpe para la interacción social o simplemente prefiere aislarse.
Marroquín indicó que cuando esto ocurre como consecuencia de un proceso de desarrollo multifactorial, algunos circuitos cerebrales se ven afectados y en este caso además de terapias físico-conductuales, el niño requerirá de un tratamiento médico, que el neuropediatra, quien es el único autorizado para recetarlo, le dará.
Y, al ser un trastorno primordialmente de comportamiento, comunicación, lenguaje y de interacción social, básicamente el niño necesitará acudir a consultas o terapias que se enfoquen en corregir conductas inadecuadas como la autoagresión que en ocasiones se llega a presentar, y apoyos para que empiecen a promover la interacción con otras personas y se evalúa el IQ.
“Claro, siempre valorando al niño desde su propia individualidad porque cada una puede presentar diferentes síntomas y en diferentes grados de severidad e incluso en la misma persona los síntomas pueden variar”, afirmó María del Carmen Marroquín.
Asimismo la encargada de Clima refirió que aún cuando son más niños los que presentan este síndrome del desarrollo, en las niñas se encuentran los casos más severos, pero tanto en niñas como en niños, mientras antes se detecte, se le puede dar un mejor tratamiento y control al trastorno, aunque se sabe que hasta el momento no se puede aspirar a una “cura”.
Sospecha de autismo
María del Carmen Marroquín indicó que los papás pueden sospechar de autismo cuando su hijo tiene problemas para comunicarse incluso de forma no verbal, “por ejemplo cuando señalan algo usualmente usan el dedo índice y se acompaña con la mirada, pero los niños con autismo lo hacen con toda la mano y usan a algún adulto para conseguir lo que quieren y no lo hacen de forma natural como cualquier otro niño”.
Otras anomalías que comentó la directora de la clínica es que estos niños pueden ser mudos o presentar ecolalia, es decir que repiten palabras que escucharon previamente, pero en otro contexto y otro momento, o también presentan problemas para los pronombres.
Y en cuanto a la interacción social, “es difícil que interactúen con los padres o con niños de su misma edad”, mientras que respecto al comportamiento, Marroquín aseveró que “tienden a apegarse a objetos, tienen conductas peculiares como interesarse demasiado en hacer girar objetos, se balancean o giran sobre sí mismos y aletean repetidamente”.
Asimismo la representante de la clínica indicó que en la vida cotidiana estos niños pueden sentirse muy molestos cuando les cortan el pelo o estar muy irritables ante la presencia de algunos sonidos.
Son muy estrictos
Otra característica importante del autista, dijo Marroquín, es que son niños muy estrictos para las cosas, algunos presentan cierta flexibilidad pero muy poca, “por ejemplo las rutinas son algo que día a día deben de seguir exactamente igual”.
En cuanto a la comida, “son niños con dietas muy restringidas, no quieren comer muchas cosas, son muy selectivos y solo comen una o pocas cosas”.
Por ello aseguró que es preciso que se trabaje en las conductas y funciones para que se vaya desarrollando poco a poco las funciones que tienen limitadas o aparezcan las que no tienen, y se alejen de lo que es inusual como el aleteo.
Sin embargo, a pesar de ser un problema principalmente psicológico, el niño necesita diagnósticos tanto del psicólogo especialista en desarrollo, como de un neuropediatria y de un psiquiatra para ver si no hay comorbilidades, que en el autismo son muy comunes.
“El retraso mental y la epilepsia son las comorbilidades más comunes aunque también se han llegado a presentar rara vez otro tipo de trastornos mentales, y por ello el médico especialista tiene que valorarlo para darle el tratamiento adecuado y completo”, puntualizó Marroquín.
(*) Lic. María del Carmen Marroquín Segura
Directora técnica de Clima
clima_ac@hotmail.com
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