El neurólogo pediátrico Walter Sánchez Vides sostiene el desconocimiento se debe a que este padecimiento es nuevo, ya que hasta hace unos 10 años se le dio mayor importancia debido al incremento mundial.
Este trastorno se presenta entre los 12 y 36 meses de vida, y afecta el desarrollo de los niños. Las causas aún continúan en investigación.
Pese a ello, los Trastornos del Espectro Autista (TEA) se clasifican en: Autismo Clásico, Síndrome de Asperger, Trastorno generalizado del desarrollo no especificado, Síndrome Rett y Trastorno Desintegrativo infantil.
Cada caso varía en intensidad, de allí que algunos puedan llevar una vida más adaptable a la sociedad.
Las característica primordiales y comunes a las que los padres deben estar atentos son: alteración en la comunicación, gestual y oral, pérdida del contacto visual, lo que dependerá del nivel, dificultad de establecer relaciones sociales y conductas repetitivas sin un fin especifico, como aletear manos, atracción por objetos que tienen un orden establecido (hacia arriba o atrás) y balancearse.
En El Salvador el desconocimiento sobre el padecimiento es elevado, tanto en la población como entre los profesionales.
La Asociación Salvadoreña de Autismo (ASA), una institución que ayuda en la rehabilitación de los niños con algún TEA busca cambiar esta realidad.
"Queremos sensibilizar a la población sobre los TEA, que es una realidad que se puede sobrellevar con mucha dedicación y paciencia. Además buscamos un mayor compromiso profesional", sostiene Delmy de Escobar, vicepresidenta de ASA y madre de Eduardo, un joven autista.
Ella recuerda su caso, y expresa que es difícil en el país darse cuenta de que un hijo padece este problema, ya que muchos médicos lo confunden con déficit de atención, un lento desarrollo, y otros padecimientos.
"Nosotros hacemos una crítica al sector salud porque la producción de médicos debería conocer más sobre el tema, porque el diagnóstico es tarde y eso complica muchas veces más el estado de los niños", manifiesta de Escobar.
El neurólogo Walter Sánchez también hace un llamado a los tecnólogos y enfermeras, quienes son muchas veces quienes atienden a los niños en la zona rural, y al desconocer sobre el padecimiento muchas veces no se les da un diagnóstico certero al paciente.
ASA también busca hacer conciencia en los profesores y psicólogos profesionales, ya que son ellos quienes tienen un segundo contacto en la infancia temprana.
Tratamientos
Después de individualizar cada caso y descubrir que clase de TEA presenta el niño, se le aplican diferentes terapias, entre ellas están las de lenguaje (ya que hay muchos niños que solo balbucean) y sensorial (debido a que presentan una alteración en los cincos sentidos, alta o baja sensibilidad).
Otra terapia es la física para niños que presentan problemas de motricidad. Además existe la terapia de modificación de conducta, que controla el comportamiento de los niños, pues muchas veces ellos presentan berrinches; y la terapia educativa, que enseña a leer y a escribir.
Junto a las terapias, Sánchez recomienda el apoyo de un neurólogo infantil, un psiquiatra infantil y un psicólogo familiar, ya que es un tratamiento integral.
Para de Escobar la psicología familiar es de suma importancia, pues muchas veces los padres se resisten a aceptar el padecimiento de los niños.
"Hay padres que cuando se dan cuenta que su hijo es autista lloran, y es normal ya que es una etapa de duelo, porque usted siente que a perdido a su hijo, pero cuando este se decide a actuar entra a la etapa de aceptación y hay que actuar", añade.
En algunos casos la medicación es parte del tratamiento de los niños, pero el médico aclara que no es para curarlos sino para mejorar problemas de depresión, de hiperactividad, de ansiedad, de agresividad, de falta de atención y otros problemas como el insomnio. El autismo puede ser detectado a temprana edad, pero en el país el diagnóstico es tardío debido al desconocimiento del tema.
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