22 de febrero de 2014

Argentina/Santiago del Estero: “Los maestros deben lograr la atención inclusiva del niño con autismo”

Brindan consejos útiles para padres y docentes que integrarán a un niño con autismoal aula.

Es necesaria la constante integración del pequeño con autismo.
 
 Atento al pronto inicio de clases y las expectativas de la familia por este nuevo tiempo de educación formal que por primera vez inician muchos chicos, consideraban indispensable difundir algunos consejos útiles para aquellas familias que entre sus hijos cuentan con un niño autista y no saben qué opción válida afrontar para lo que será el inicio de clases.

 Ante ello, la duda de que un niño autista sea inserto en una escuela pública o privada fue explicada por el profesional Germán Oviedo, del Grupo Cedes (Grupo Capacitaciones en Educación Especial) que sigue de cerca casos de pequeños con trastorno generalizado del desarrollo o TGD. 

 “Ya sea en Buenos Aires, Santa Cruz o Santiago del Estero, la posibilidad de inclusión educativa de un niño que se encuentre dentro de los Trastornos del Espectro de Autismo (TEA) representa un ‘desafío‘ para todo el sistema educativo. Desde hace unos años los alumnos con Necesidades Educativas Especiales, comienzan a beneficiarse de estrategias planificadas para minimizar las barreras para el aprendizaje y la participación en contextos educativos ordinarios, como ser la escuela común”, indicó Oviedo.

El mejor consejo 
Sin duda alguna, la consulta al profesional en TGD y a los mismos padres es el mejor consejo para aquellos docentes que nunca trataron con un niño autista. 

 “Los maestros ‘comunes‘ son durante todo un año lectivo, pilares del desarrollo y aprendizaje de sus alumnos, ellos, solos y de manera individual o solitaria, no podrían construir saberes y competencias. El maestro eso lo sabe, y por ello, planifica según los intereses y necesidades de sus alumnos”, remarcó. 

 En el caso de un niño con TEA, Oviedo subrayó que “los maestros deben planear una atención inclusiva deben pensar en los recursos necesarios para que el niño participe, actúe y aprenda. Incluir en este caso es sinónimo de aceptación de lo distinto, lo distinto no es el niño, sino sus intereses y sus formar especiales de aprender, de comunicarse”. 

 Para que el proceso inclusivo pueda descubrir los aspectos positivos de los niños con TEA, el profesional remarcó que “el docente necesita valerse necesariamente de equipos de profesionales que puedan asesorar y acompañar el devenir educativo de los niños con este tipo de trastorno”. 

El rol del compañero
 Seguramente, una gran pregunta que se harán los padres de un niño autista es querer saber cómo será la integración del pequeño con sus primeros compañeros de banco en una clase de educación, ya sea pública o privada.

 A partir de un serio y largo tratamiento del tema, el docente Germán Oviedo explicó a Nuevo Diario que “la experiencia nos habla de alumnos inclusivos, capaces de minimizar al máximo las limitaciones de sus compañeros con TEA. Son esos alumnos los menos interesados en la condición diagnostica de los niños, casi nunca o muy pocas veces preguntan sobre diagnósticos”. 

 Remarcó que “estos compañeros deben proveerle al niño con TEA experiencias de interacción, de participación y sobre todo de comunicación”. 

 El profesional entendió que “los compañeritos del niños son tan importantes como la maestra del grado, proveerán de situaciones en las que se podrá comunicar, podrá interactuar y por sobre todo podrá hacerse de un esquema de participación activa, incapaz de repetirse en otro contexto”, concluyó Oviedo, como una manera de dejar en claro como proyectar una vida saludable para el niño con TEA.

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