Los trastornos del espectro autista (TEA) afectan a unas 2.000
personas de menos de 18 años en Baleares, con una prevalencia del 0,9 %,
según datos difundidos por la Conselleria de Salud, Familia y Bienestar
Social con motivo de la celebración mañana del Día Mundial de la
Concienciación sobre el Autismo.
La principal problemática que
presentan estos trastornos es el hecho de que la coincidencia de los
síntomas como el retraso mental o la ansiedad con los de otras
patologías dificulta el diagnóstico, ha advertido la Conselleria en un
comunicado.
Los TEA o trastornos generales del desarrollo son
afecciones crónicas que causan discapacidad y se caracterizan porque
provocan alteraciones en las interacciones sociales y en la comunicación
verbal y no verbal y porque generan un repertorio repetitivo,
estereotipado y limitado de intereses y actividades.
Los hombres presentan mayor afectación que las mujeres -entre cuatro y seis veces más-.
Los
últimos estudios epidemiológicos apuntan a un aumento real de la
prevalencia, que actualmente se estima en el 0,9 %, lo que se explica
por la mejora en la detección, entre otros factores, ya que también
podría estar relacionado con el aumento de la edad de maternidad, con
causas ambientales y otras desconocidas.
Aproximadamente el 40 %
de las personas afectadas de autismo sufren un retraso mental grave o
profundo, un 30 % presentan un retraso mental leve o moderado y el resto
tienen un desarrollo intelectual dentro de la normalidad.
Diagnosticar
el autismo es difícil, además, a menudo hay que descartar otras
patologías que pueden presentar síntomas similares, tales como el
retraso mental, los trastornos obsesivos compulsivos o la ansiedad.
Por
ello se recomienda que un equipo multidisciplinario se encargue de
hacer el diagnóstico y de aplicar el tratamiento. Las personas afectadas
nacen con este trastorno, pero cuanto más alto es el cociente
intelectual y más bajo el grado de afectación, más se retrasa el
diagnóstico y, en consecuencia, el tratamiento.
Los síntomas del
autismo son muy variados, pero no es cierto que todas las personas
afectadas sean poco sociables. En algunos casos pueden ser sociables,
pero de manera distinta, inadecuada, con un comportamiento que no se
esperaría de una persona de esa edad y con esa habilidad intelectual.
Para los TEA no hay ninguna cura efectiva, pero sí tratamientos que mejoran mucho la calidad de vida.
Los
tratamientos deben ser multimodales e incluirán técnicas educativas
especializadas y muy estructuradas. También deben tener en cuenta la
terapia familiar, la terapia de la conducta, los grupos de habilidades
sociales, las intervenciones en casa y el tratamiento médico para los
problemas y las patologías que están asociados.
Los equipos de
evaluación de las dificultades sociales y de la comunicación (EADISOC)
existentes en Baleares se reúnen una vez cada mes para revisar las
derivaciones, consensuar los diagnósticos de los niños y, en los casos
en que sea necesario, elaborar un plan de intervención integral.
Hay
cinco en Mallorca, uno en Menorca y otro en Ibiza y están formados por
profesionales de la salud mental de la infancia y la adolescencia, de
pediatría, de educación, de asuntos sociales y de la asociación Gaspar
Hauser.
El Instituto Balear de Salud Mental de la Infancia y la
Adolescencia (Ibsm) creó los EADISOC a finales de 2010 y desde entonces
coordina estos equipos de profesionales que trabajan en el diagnóstico y
el tratamiento del autismo.
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