A raíz de la serie televisiva Touch
nuevamente se ha puesto de relevancia la práctica llevada a cabo por
niños con autismo de todo el mundo de alinear y apilar sus juguetes, de
hecho, esta acción se considera una señal de alerta para la detección
del autismo. Bien, con motivo del día mundial del autismo 2011, Nancy Price, publicó unas fotos de su hijo Quinn y sus juguetes, apareciendo en el pie de la fotografía un referencia directa a la Sucesión de Fibonacci
y la equivalencia con el patrón de alinear los objetos que tiene el
niño. En la serie Touch (Que es posterior a la citada fotografía)
también se hace referencia en el primer capitulo a la famosa Sucesión de
Fibonacci y los patrones numéricos. La serie Touch se basa en la vida
de un padre (Martin Bohm) y su hijo (Jake Bohm) con autismo, el cual
tiene unas capacidades numéricas que rayan lo adivinatorio.
Muchas familias nos han hecho llegar su interés por
saber si realmente sus hijos, por el mero hecho de alinear sus juguetes
según determinados patrones, tendrán también habilidades prodigiosas
para las matemáticas u otras capacidades extraordinarias. Hemos visto
una inmensa cantidad de fotografías de juguetes y objetos de todo tipo
alineados o apilados de forma espontánea por niños con autismo. Y
efectivamente en todos los casos hay un patrón común, y es precisamente
el hecho de alinearlos o apilarlos. En cuanto a su relación con aspectos
de prodigios matemáticos o similares, no podemos aseverar nada, tan
solo que hay algunos casos donde sí existe un patrón determinado y otros
en los que no. La mayor repetición de patrones de ordenación que hemos
observado se da por colores y la segunda por geometría, y a veces
mixtos, colores y formas. En algún caso la disposición de los juguetes o
los objetos coincide con determinadas figuras geométricas que a su vez
están relacionadas con complejas formulas matemáticas. Pero curiosamente
estas figuras forman parte de diseños naturales como la espiral de la
cáscara de un caracol (Que por cierto es usada por Fibonacci), es decir,
que son patrones geométricos que están por doquier.
¿Y qué conclusiones hemos sacado?
Pues que no parece existir ninguna relación con
prodigiosas mentes matemáticas, si no más bien con una forma especial de
ver. Sobre este particular ya hemos hablado en Autismo Diario, al
respecto de la disfunción visual en el autismo,
y también está fuertemente relacionado con el propio desarrollo del
niño con autismo. Otro de los aspectos relevantes es que ese
alineamiento de juguetes u objetos desaparece en casi todos los casos
con el tiempo, generalmente a medida que el niño va desarrollando
habilidades, por ejemplo de juego simbólico. Por tanto, más que una
habilidad extraordinaria estamos precisamente ante lo contrario, es
decir, un déficit en el desarrollo del niño.
Es cierto que existen determinados modelos muy
similares entre la forma de alinear los juguetes, pero también existen
formas muy similares de jugar de un niño de 5 años de Nueva York con
otro de 5 años de Nairobi cuando les das un camión de juguete, y nadie
busca en esas similitudes aspectos extraordinarios, sino un desarrollo
normal del proceso de adquisición de habilidades del niño. Las
similitudes de un niño con autismo de 5 años de Buenos Aires con otro de
5 años de Madrid, también con autismo, existen en la misma medida. De
hecho se diagnóstica en base a patrones de conducta. Hay una serie de
conductas que son comunes a los niños con autismo, de la misma forma que
hay una serie de conductas comunes a niños que NO tienen autismo.
Esto no es obviamente el resultado de una concienzuda
investigación, pero sí he podido adverar que este tipo de conductas son
extremadamente comunes, que la forma en cómo alinean los juguetes suele
coincidir también con fases en el desarrollo del niño, donde
precisamente se puede advertir que esa forma de “jugar” es sencillamente
un indicador de que algo no va bien. Sabemos que muchos niños con
autismo tienen una forma muy focal de mirar, y el hecho de alinear
objetos implica una forma del niño de mirar esa progresión lineal, esto
también se observa en patrones relacionados con el agua.
En el artículo
sobre el Trastorno del Procesamiento Sensorial también abordamos estos aspectos en más profundidad.
Como conclusión, alinear juguetes es un indicador de
que algo no anda bien. Es mejor no dejarse llevar por aspectos que
otorguen al niño capacidades prodigiosas y que hagan el niño parezca menos malo. Es muy normal que se creen ciertos mitos
sobre capacidades extraordinarias que puedan dulcificar el trastorno
que tiene el niño, pero esa postura no ayuda a trabajar en la línea de
que esas presuntas capacidades extraordinarias desaparezcan.
Alinear juguetes es un síntoma más de autismo, no de ser un genio, las
series de ficción son eso, ficción. Debemos pues centrarnos lo más
posible en humanizar las conductas de nuestro hijo, potenciar sus
fortalezas para poder mejorar sus carencias. Alinear o apilar está
relacionado con déficits en el juego simbólico, con problemas
sensoriales y de comunicación. Trabajar para resolver esas carencias es
lo correcto y lo necesario.
(Tomado de la página de Autismodiario)
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