La Asociación Ariadna, formada por padres y profesionales de personas con autismo y/o trastorno generalizado del desarrollo en Salamanca tienen proyectado la construcción de un centro de día y viviendas tuteladas en una terreno cedido por el Ayuntamiento de la capital entre los barrios de Puente Ladrillo y El Rollo. La intención de este colectivo es cubrir la demanda de los adultos con autismo, en especial los jóvenes, que no tienen un centro específico para atender sus necesidades al terminar su etapa educativa en el centro específico de La Cañada.
En el colegio de Pizarrales –único en la capital para los niños con autismo o trastornos del desarrollo–, se acoge a estos alumnos hasta los 18 y 19 años, en este tramo de edad se centran en la transición a la vida adulta. Pasada esta edad no tienen recursos adaptados para seguir con su formación, salvo los que proporciona la propia Ariadna en su sede del barrio de Garrido. El objetivo de esta asociación de padres y profesionales es conseguir subvenciones por parte de diferentes instituciones –locales, regionales y nacionales– para poner en marcha la construcción de un centro de día y viviendas tuteladas, ya que así se garantizaría el bienestar de estos jóvenes con autismo. Los padres y familiares tienen claro que por sí mismos no pueden desarrollar el proyecto y que es vital un respaldo, como precisan los padres.
Otra de las principales preocupaciones de los padres e integrantes de la Asociación Ariadna es la capacidad de colegio de La Cañada. En el actual curso educativo se incorporaron 13 nuevos alumnos y la cifra se incrementa de tal forma cada año que rozan la ocupación total de las plazas iniciales.
Las familias iniciaron una ronda de contactos desde inicio de curso con las instituciones competentes tanto de su educación como del edificio, en este caso, la Dirección Provincial de Educación y el Ayuntamiento respectivamente. En este sentido, una de las opciones es que se desafecten las aulas que están libres en el colegio Rodríguez Aniceto (donde se encuentra La Cañada) pero cuyo trámite tiene que ser efectuado por el Consistorio. Una vez hecho, la institución local debe cederlo para el uso de los alumnos con autismo y trastornos del desarrollo.
Para el mantenimiento de La Cañada y de parte del personal, los padres de los alumnos pagan una media de 120 euros mensuales, una cifra que se incrementa si sus hijos disfrutan de las actividades de ocio.
Este curso se inició con 35 alumnos, a dos plazas para completarse, y por lo tanto, estará lleno de cara al próximo año escolar. Este centro de Educación Especial cuenta con seis aulas donde acuden una media de 35 alumnos. Este tipo de enseñanza destinada a los niños autistas se inicia desde los tres años de edad y hasta un máximo de 21.
Los padres de estos pequeños y jóvenes llevan desde hace años luchando por mejorar la calidad de vida de sus hijos. Hace más de 10 años, financiaron las obras de remodelación del actual colegio de La Cañada, además de costear el personal de refuerzo que forma y cuida a sus hijos a diario. Otra de las opciones que barajan estos padres es solicitar al Ayuntamiento un colegio más grande para sus hijos, aunque sea en otra zona de la ciudad ya que conocen de muchos edificios –antes colegios– que están desocupados.
Al colegio de La Cañada acuden los alumnos de 09.30 a 17.30 horas, donde reciben una serie de terapias que les facilitan su día a día. Asimismo, cuenta con servicio de comedor. Por último, cabe recordar que ayer sábado –2 de abril– se conmemoraba el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, donde en su manifiesto recuerdan que la prevalencia de este trastorno se sitúa en uno de cada 110 niños. Estos datos suponen un incremento del 60% del número de personas con Trastorno del Espectro del Autismo.
En el colegio de Pizarrales –único en la capital para los niños con autismo o trastornos del desarrollo–, se acoge a estos alumnos hasta los 18 y 19 años, en este tramo de edad se centran en la transición a la vida adulta. Pasada esta edad no tienen recursos adaptados para seguir con su formación, salvo los que proporciona la propia Ariadna en su sede del barrio de Garrido. El objetivo de esta asociación de padres y profesionales es conseguir subvenciones por parte de diferentes instituciones –locales, regionales y nacionales– para poner en marcha la construcción de un centro de día y viviendas tuteladas, ya que así se garantizaría el bienestar de estos jóvenes con autismo. Los padres y familiares tienen claro que por sí mismos no pueden desarrollar el proyecto y que es vital un respaldo, como precisan los padres.
Otra de las principales preocupaciones de los padres e integrantes de la Asociación Ariadna es la capacidad de colegio de La Cañada. En el actual curso educativo se incorporaron 13 nuevos alumnos y la cifra se incrementa de tal forma cada año que rozan la ocupación total de las plazas iniciales.
Las familias iniciaron una ronda de contactos desde inicio de curso con las instituciones competentes tanto de su educación como del edificio, en este caso, la Dirección Provincial de Educación y el Ayuntamiento respectivamente. En este sentido, una de las opciones es que se desafecten las aulas que están libres en el colegio Rodríguez Aniceto (donde se encuentra La Cañada) pero cuyo trámite tiene que ser efectuado por el Consistorio. Una vez hecho, la institución local debe cederlo para el uso de los alumnos con autismo y trastornos del desarrollo.
Para el mantenimiento de La Cañada y de parte del personal, los padres de los alumnos pagan una media de 120 euros mensuales, una cifra que se incrementa si sus hijos disfrutan de las actividades de ocio.
Este curso se inició con 35 alumnos, a dos plazas para completarse, y por lo tanto, estará lleno de cara al próximo año escolar. Este centro de Educación Especial cuenta con seis aulas donde acuden una media de 35 alumnos. Este tipo de enseñanza destinada a los niños autistas se inicia desde los tres años de edad y hasta un máximo de 21.
Los padres de estos pequeños y jóvenes llevan desde hace años luchando por mejorar la calidad de vida de sus hijos. Hace más de 10 años, financiaron las obras de remodelación del actual colegio de La Cañada, además de costear el personal de refuerzo que forma y cuida a sus hijos a diario. Otra de las opciones que barajan estos padres es solicitar al Ayuntamiento un colegio más grande para sus hijos, aunque sea en otra zona de la ciudad ya que conocen de muchos edificios –antes colegios– que están desocupados.
Al colegio de La Cañada acuden los alumnos de 09.30 a 17.30 horas, donde reciben una serie de terapias que les facilitan su día a día. Asimismo, cuenta con servicio de comedor. Por último, cabe recordar que ayer sábado –2 de abril– se conmemoraba el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, donde en su manifiesto recuerdan que la prevalencia de este trastorno se sitúa en uno de cada 110 niños. Estos datos suponen un incremento del 60% del número de personas con Trastorno del Espectro del Autismo.
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