Los trastornos del espectro autista (TEA)
constituyen un grupo de discapacidades del desarrollo (de muy leves a
graves) que pueden causar problemas significativos de socialización,
comunicación y conducta. Quienes los padecen procesan la información de
modo muy distinto a los demás. Existen tres modalidades principales: el
autismo clásico, el síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del
desarrollo no especificado o autismo atípico.
Los TEA aparecen antes de los tres años y duran toda
la vida, pese a que los síntomas pueden mejorar con el tiempo. Algunos
niños con esos trastornos dan señales de que presentarán problemas
futuros a los pocos meses de nacidos, pero en otros podría no haber
signos visibles hasta los dos años o después.
Puede ocurrir que un nene con TEA no reaccione al ser
llamado por su nombre hacia los 12 meses, no señale objetos para
mostrar interés a los 14 meses, no juegue con situaciones imaginarias
(por ejemplo, dar de comer a la muñeca) a los 18, evite el contacto
visual y prefiera estar solo, tenga dificultad para comprender los
sentimientos de otras personas o expresar los propios, tenga retrasos en
el lenguaje, repita palabras o frases una y otra vez, conteste cosas
inconexas a una pregunta, se irrite con cambios mínimos, tenga intereses
obsesivos o haga movimientos repetitivos.
(Tomado de: http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2015/1/edicion_2242/contenidos/noticia_5091.html)
No hay comentarios:
Publicar un comentario