Padres de la Asociación de padres de autistas (Apadea), de Paraná, participaron este miércoles del debate por la modificación de la ley nacional 24901 de discapacidad completa, que se encuentra en el Senado, informó a AIM el presidente de la institución, Raúl Acosta, quien añadió que la reforma implica la incorporación del chico con trastorno generalizado del desarrollo o TGD.
La iniciativa surgió de un grupo de padres de Buenos Aires “preocupados por el tema”. En ese marco, una legisladora invitó a dos mamás de Entre Ríos “para estar presentes en el debate que buscará abarcar todo tipo de discapacidad pero, además, incorporará al chico con trastornos.
En una oportunidad, AIM adelantó que representantes locales asistirían a una reunión de Apadea en el país para seguir avanzando en la modificación de la ley nacional.
Qué dice la ley nacional
La ley 24.901 sobre el sistema de prestaciones básicas para personas con necesidades especiales fue promulgada el 2 de diciembre de 1997 y tiene por objetivo contemplar acciones de prevención, asistencia, promoción y protección para brindar una cobertura integral a necesidades y requerimientos de personas con necesidades especiales. Esta ley determina que las obras sociales o en su defecto el Estado serán quienes estén obligados a dar cobertura total a las prestaciones enumeradas.
Sin embargo, TGD-PADRES-TEA es una agrupación de padres y familiares de personas con TGD (autismo) de todo el país que hace tiempo viene impulsando proyectos de ley que amparen y protejan a las personas con trastornos.
El 7 de septiembre de 2011, la Cámara de Diputados de la nación aprobó un proyecto de modificación a la ley 24.901, impulsado por esa agrupación a modo de reparar la falta de legislación apropiada para todas las personas que padecen autismo y trastornos generalizados del desarrollo.
“Lamentablemente, el proyecto fue aprobado con una modificación en su artículo seis que, de convertirse en ley, perjudicará y vulnerará enormemente los derechos de todas las personas con discapacidad y de nuestros hijos con autismo en particular”, dijeron desde la asociación.
“¿De qué servirán, entonces, los revolucionarios cambios y derechos introducidos en el articulado restante, con tanto trabajo y dedicación para poder adaptar la ley 24.901 a lo exigido por la ley 26.378 (adhesión a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad), si por un desafortunado error de técnica legislativa no se los podrá ejercer?
¿Cómo se supone que un niño con discapacidad podrá ir a la escuela común o a una colonia de vacaciones, si ni siquiera habrá podido acceder al derecho de romper su silencio o de no autolesionarse porque la (nueva) ley limita los tratamientos que necesita para cambiar su vida?”, preguntaron.
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