Santiago. Se dice que el autismo está en aumento, pero los expertos no han podido demostrar si es real o es el diagnóstico lo que ha crecido. En todo caso, conviene conocer las características de esta enfermedad que, si bien es cierto que a veces parece manifestarse en forma de retraso mental, en otras toma un matiz de genialidad.
La sicóloga Yubelkis de León la define como un espectro de trastornos caracterizados por un grave déficit del desarrollo, permanente y profundo, que afecta a la socialización, la comunicación, la reciprocidad emocional y las conductas repetitivas o inusuales.
Los síntomas, en general, son la incapacidad de interacción social, el aislamiento y los movimientos incontrolados. Las actuales tasas de incidencia son de alrededor de 60 casos por cada 10,000 niños.
"Su origen obedece a un componente multifactorial; dado que se ha descrito la implicación de varios factores de riesgo que actúan juntos. Se manifiesta después de los tres meses de vida; a partir de ahí, la evolución lingüística queda nula", refiere.
Señala que por cada 150 niños, uno es diagnosticado con autismo. Este padecimiento afecta cuatro veces más a los hombres que a las mujeres, y se puede encontrar en todo el mundo, sin importar etnia o cultura.
Su severidad
El autismo varía. Los casos más severos se caracterizan por una completa ausencia del habla de por vida y comportamientos extremadamente repetitivos, inusuales, auto dañinos y agresivos. Este comportamiento puede persistir durante mucho tiempo y es muy difícil de cambiar, siendo un reto enorme para aquéllos que deben convivir, tratar y educar a estas personas.
Las formas más leves de autismo, típicamente autismo de alto rendimiento, pueden ser casi imperceptibles y suelen confundirse con timidez, falta de atención y excentricidad. Cabe notar que una persona autista puede ser de alto funcionamiento en ciertas áreas y de bajo funcionamiento en otras.
La película "Rain Man", que protagoniza Dustin Hoffman, ilustra bastante sobre esta problemática, en la que interpreta a un autista con condiciones excepcionales para algunas tareas específicas, como memorizar los nombres y números de una guía y hacer cálculos matemáticos, sin embargo, se veía torpe para tareas simples, como vestirse y hasta para comer.
La clasificación médica del autismo se le debe, según la enciclopedia Wikipedia, al doctor Leo Kanner, del Hospital Johns Hopkins, quien en 1943, estudió a un grupo de 11 niños e introdujo la caracterización del autismo infantil temprano. Al mismo tiempo un científico austríaco, el doctor Hans Asperger, utilizó coincidentemente el término psicopatía autista en niños que exhibían características similares.
El autismo a veces se presenta en forma de retraso mental y otras con aptitudes de genio, en ese sentido se mencionan varios nombres de científicos entre los que sobresalen, Albert Einstein, Isaac Newton y de la época contemporánea, Bill Gates.
Pero nada de esto está confirmado. Y es que esta determinación se basa en una medición del cociente intelectual (CI), la cual no es factible ni fiable en ciertas circunstancias. También, se ha propuesto que puede haber individuos sumamente autistas que sin embargo son muy inteligentes y, por lo tanto, capaces de eludir un diagnóstico de autismo. Esto hace que sea imposible hacer una determinación exacta y generalizada acerca de las características cognitivas del autista.
De Mercedes Guzmán
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