¿Cómo reconocer a un autista?
El autismo es un trastorno del desarrollo y de las funciones mentales superiores, en donde hay una alteración del comportamiento del paciente frente a su entorno.
Un niño autista, tiene unos rasgos característicos que pueden identificarse desde temprana edad. Los bebés autistas son indiferentes frente a las personas y enfocan su atención en un objeto por largos periodos de tiempo, excluyendo al resto del medio. Pueden tener aparentemente un normal desarrollo psicomotor , pero en un momento (es diferente según el individuo) de su vida, se retraen y muestran sintomatología más florida, dependiento del tipo de autismo que tengan:
- Trastorno de Espectro Autista o autismo clásico (siglas en inglés: ASD), es la forma más grave. Incluye niños que no responden a su nombre, no reconocen las pautas sociales como las expresiones corporales o el tono de voz, no miran a las personas a los ojos, no saben jugar si deben interactuar con otros niños, se refieren a sí mismos por el nombre (en tercera persona y no usando el 'yo'), hablan con voces 'cantarinas', tienen alteración en el desarrollo del lenguaje hablado y escrito y tienen movimientos repetitivos (dar vueltas o mecerse) o conductas auto-agresivas (halarse el pelo, morderse, golpearse).
- Síndrome de Asperger. Es una forma leve de autismo y se diferencia de la forma clásica, en que estos pacientes no tienen una alteración en el desarrollo del lenguaje (aprenden casi igual que los otros niños), pero si tienen incapacidad para reconocer expresiones y emociones de las otras personas, haciéndolos 'torpes' para comunicarse y por lo tanto con difícil integración social. Tienen 'ceguera emocional'. Además tienen intereses muy reducidos a un tema o a una variedad de temas.
Existen algunos trastornos neuropsiquiátricos que tienen comportamiento autista (Síndrome de Rett o Trastorno desintegrativo de la infancia) no deben confundirse con el trastorno autista (clásico o leve).
Tratamiento
Las causas del autismo permanecen desconocidas, pero se cree que existe una suceptibilidad genética sumada a factores medioambientales que aún no se han probado en su relación causa-efecto. Lo que si es claro es que afecta cuatro veces más a los varones que a las mujeres y debuta en la infancia.
El autismo es una enfermedad que dura toda la vida y no tiene cura; sin embargo el tratamiento puede ayudar a mejorar la relación del paciente con su entorno, siendo muy importante un inicio temprano.
El tratamiento en los casos graves y leves, se direcciona a las intervenciones conductuales educativas y los medicamentos (para síntomas obsesivos, ansiosos o depresivos).
Información más amplia en el Instituto Nacional de Salud Mental de USA - NIMH:
nimh.nih.gov/health/topics/autism-spectrum-disorders-pervasive-developmental-disorders
Aunque no se conoce la causa ni una cura definitiva para esta enfermedad, la medicina sigue investigando cada día para dar soluciones a los pacientes y a sus familias.
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