El programa que se desarrolla en Zamora y Salamanca da buenos resultados y es extrapolable a otras regiones
CARLOS GIL «La detección precoz del autismo es una actividad clínica y socialmente necesaria, aunque puede suponer un reto inicial para profesionales y servicios. Este estudio ha conseguido mostrar por primera vez en España la viabilidad de realizar un programa de cribado de base poblacional para los TGD (trastornos generalizados de desarrollo) con casi 10.000 niños cribados dentro del sistema público de salud. Además, el estudio aporta un protocolo y unos materiales específicos para su puesta en marcha, extrapolables y aplicables en cualquier región española».
Es una de las conclusiones del trabajo denominado «Programa de detección precoz de trastornos generalizados del desarrollo en las áreas de salud de Salamanca y Zamora», recientemente publicado en la revista Anales de Pediatría y que firman investigadores del Instituto de Enfermedades Raras de Madrid, varios centros de Salamanca, la Gerencia Regional de Salud y la psiquiatra de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital Provincial de Zamora, María Martínez Velarte. El programa de cribado universal del autismo se lleva a cabo en centros sanitarios Zamora y Salamanca desde hace años.
El programa ha detectado 53 casos (de los 61 evaluados) susceptibles de recibir intervención que, teniendo un problema del neuro-desarrollo, no habían sido detectados hasta el momento. «Este resultado supone un beneficio indiscutible para los niños y sus familias, tal y como han demostrado otros estudios. Además, el programa es considerado aceptable por las autoridades sanitarias, así como por pediatras, personal de enfermería y familias, ajustándose al Documento Marco sobre Cribado Poblacional, mejorando la coordinación entre los servicios sanitarios y sociales».
En cuanto a costes, desde el punto de vista de familias y profesionales, «los beneficios subjetivos superan los costes económicos». Se ha comprobado que las familias de los pacientes detectados perciben más calidad de viday bienestar familiar que las de pacientes no detectados mediante el programa. Además, el efecto de una atención adecuada en cuanto a momento, forma, tiempo e intensidad repercute en el grado de dependencia de las personascon TGD y, por tanto, en la sociedad. Sale 7,2 euros por niño analizado y 1.641 euros por caso positivo. «Los costes podrían ser menores si el cuestionario se aplicara solo una vez, pero dado que hasta el momento el número de niños con cuestionarios y resultado positivo en alguno de ellos es pequeño, no parece recomendable aún tomar la decisión de aplicar el cuestionario en una sola ocasión».
De los 9.524 niños participantes en el programa, 852 tuvieron un cuestionario sospechoso en alguna de las visitas, a los 18 o los 24 meses. La entrevista de seguimiento confirmó la sospecha en 61 de esos 852 casos (7,1%), y se realizaron 58 evaluaciones diagnósticas (en tres casos las familias decidieron no someterse a ella). De los 58 evaluados, 22 menores recibieron diagnóstico de TGD (trastorno generalizado de desarrollo), 24 resultaron tener retraso madurativo, dos trastorno por déficit de atención con hiperactividad, y cinco trastorno específico del lenguaje. Otros cinco casos resultaron tener un desarrollo típico, aunque presentaban algunas características evolutivas atípicas leves, coincidiendo todos con la visita de los 18 meses. Ningún caso sospechoso a los 24 meses resultó tener un desarrollo normal, según los resultados.
Las unidades participantes hasta el momento actual en el programa de detección precoz del autismo son de Zamora y Salamanca. En Zamora participan laUnidad de Salud MentaInfanto-Juvenil del Hospital Provincial y trece centros de Salud: nueve equipos de pediatra-enfermera (procedimiento tradicional) y cuatro centros de salud con dos equipos de pediatra-enfermera cada uno (procedimiento informático).
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