Valencia
¿Cuántas veces oímos a un político llamar “autista” a otro de la oposición porque no accede a sus peticiones? ¿cuántas veces escuchamos al narrador de un partido de fútbol decir que el “juego se ha vuelto esquizofrénico” porque no hay orden sobre el campo de juego? ¿no ha visto algún filme en el que los protagonistas se burlan de alguien que tenga al Síndrome de Tourette hasta humillarlo? Seguramente el lector de este reportaje tendrá una respuesta positiva para todas las cuestiones, porque la realidad es que algunos políticos, periodistas y otros líderes de opinión suelen, en ocasiones, recurrir a la denominación de una de estas enfermedades para ofender o atacar a otra u otras personas. Y su actitud, según los especialistas consultados, facilita que el resto de las personas recurran a estos mismos términos en conversaciones coloquiales.
La Asociación Proyecto Autista, ASPAU, es una de las que ha alertado sobre esta triste realidad. Ha remitido una carta a los medios de comunicación en la que solicita que no se use, y menos aún se abuse, de expresiones como “gobierno autista” o “fulanito es autista” cuando quieren expresar que ese gobierno o esa persona no cumple con su trabajo, no escucha, no se entera de la realidad, no muestra empatía con los problemas, es incapaz de ofrecer soluciones o carece de sentimientos. "A pesar de los esfuerzos de muchísimas personas y entidades para erradicar la asociación de autismo con "ausencia de interacción social", "aislamiento en su propio mundo" o "incapacidad de sentir", entre otros mitos, cada vez son más los periodistas, políticos o líderes de opinión que se suman al uso abusivo del término "autista" para descalificar.
La asociación se pregunta por qué es necesario recurrir a estas expresiones "y herir con ello la dignidad a un colectivo de personas para atacar y descalificar a otra persona o colectivo". "Entendemos que no hay mala intención, sino desconocimiento y agradeceríamos utilizaran la amplia adjetivación existente para expresar los conceptos que se pretenden transmitir sin acudir al uso de la palabra “autismo". Es el caso también del término "esquizofrénico", hasta el punto de que lectores de La Vanguardia han llamado alguna vez rogando que los redactores de alguna sección evitaran el uso de este término para comentarios de índole política o deportiva.
En términos semejantes se pronuncia Telma González, presidenta de la Asociación Tourette de la Comunidad Valenciana. “En una ocasión escuche en la radio a dos comentaristas que hacían broma con esta enfermedad”. Telma reconoce también que “no lo hacen con maldad, pero hay tan poco conocimiento de las enfermedades raras que a lo mejor usan los términos sin darse cuenta que hay una gran cantidad de gente padeciendo estas situaciones”. "Hace falta sensibilidad e información, y en ello tienen mucho que ver las administraciones y los medios de comunicación".
La denominacion de las enfermedades raras, que los pacientes prefieren denominar como "poco frecuentes", suele "socializarse", es decir, usarse correctamente, cuando los medios de comunicación y los líderes de opinión toman conciencia. Es el caso del Alzheimer. Es dificil escuchar a ningún político, periodista o comentarista hacer broma con esta enfermedad o hacer un mal uso del término. En parte porque afecta a decenas de miles de personas, y en parte porque algunos de los afectados, como el ex presidente catalán Pasqual Maragall, afectado, han colaborado activamente para que la sociedad tome conciencia. Sin embargo, como señala Telma González, en otras enfermedades que no tienen tanta incidencia aún no se ha logrado lo mismo. "Tal vez deberíais empezar primero los periodistas a dar ejemplo", concluye.
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