- La SCJN ampara a Ricardo Adair, un joven que tiene el síndrome de Asperger, para que se le reconozca la capacidad jurídica que tiene para tomar sus propias decisiones, sin la autorización de un tutor
CIUDAD DE MÉXICO, México, oct. 16, 2013.- Ricardo Adair es un
joven de 24 años que tiene el síndrome de Asperger, uno de los
trastornos del espectro autista.
Las personas con asperger no tienen retrasos cognitivos, ni de habla pero su condición les impide socializar con otras personas.
En algunos casos tienen una inteligencia por encima del promedio y pueden sobresalir en campos como la informática y la ciencia.
A Ricardo esta condición no le impidió concluir una carrera técnica, realizar un posgrado, y trabajar.
"Nos cuesta trabajo lo que es la integración con las personas, la comunicación, el tener las habilidades sociales, carecemos de sentido común, nos cuesta trabajo ser empático con las personas, tenemos poca habilidad para tener amigos, nos cuesta trabajo tener una relación de pareja, a veces podemos confundir que cuando las personas hablan en un lenguaje muy alto, eso es lo que es el síndrome de Asperger", explicó Ricardo Adair, joven con síndrome de Asperger.
El Asperger nunca ha limitado a Ricardo Adair.
En 2011, Ricardo Adair presentó un juicio de amparo en contra del Gobierno del Distrito Federal y de la Asamblea Legislativa capitalina. Solicitó que se le quite el estado de interdicción, un estatus legal que priva de sus derechos jurídicos a las personas con discapacidad intelectual, y los condena a vivir toda su vida como menores de edad, bajo las ordenes de un tutor.
Con un coeficiente intelectual superior al promedio de las personas que padecen Asperger, este joven quiere que se le reconozcan sus derechos a ser tratado como un adulto, y no como un menor de edad.
"Lo que me limita es no poder manejar un carro libremente, o heredar una propiedad, llevar una cuenta bancaria o tramitar algún oficio, ya sea una tarjeta de crédito, un pasaporte, por ejemplo si quieres entrar a un club, tiene que autorizarlo todo el tutor, como si fueras un menor de edad es lo que maneja el estado de interdicción", señaló Ricardo Adair, joven con síndrome de Asperger.
Este miércoles, por mayoría de votos, 4 a favor y uno en contra, la Primera Sala de la Suprema Corte amparó a Ricardo Adair, para que se le reconozca la capacidad jurídica que tiene para tomar sus propias decisiones, sin la autorización de un tutor.
La sentencia elaborada por el ministro Arturo Zaldivar concluye que las personas con discapacidad que estén en un estado de interdicción tienen derecho a manifestar su voluntad, y a que ésta se respete y acate. Además, la sentencia determina que el estado de interdicción debe ser proporcional al grado de discapacidad de cada persona.
Ricardo Adair se siente satisfecho con la resolución de la Suprema Corte, sin embargo, considera que es necesario que la sociedad mexicana sea más incluyente.
"Hay personas que nos llaman de diferente manera, de una manera despectiva, por ejemplo en el juicio nos llaman incapaces. Luchemos por un México incluyente, la peor discapacidad es no darnos cuenta que todos somos iguales, y que antes de juzgar y criticar a una persona con discapacidad hay que ver sus capacidades y cualidades, no hay que tener prejuicios”, dijo Ricardo Adair, joven con síndrome de Asperger.
Esta es la primera vez que la Suprema Corte reconoce los derechos que tiene una persona con discapacidad, para que pueda tomar sus propias decisiones.
RAR
Las personas con asperger no tienen retrasos cognitivos, ni de habla pero su condición les impide socializar con otras personas.
En algunos casos tienen una inteligencia por encima del promedio y pueden sobresalir en campos como la informática y la ciencia.
A Ricardo esta condición no le impidió concluir una carrera técnica, realizar un posgrado, y trabajar.
"Nos cuesta trabajo lo que es la integración con las personas, la comunicación, el tener las habilidades sociales, carecemos de sentido común, nos cuesta trabajo ser empático con las personas, tenemos poca habilidad para tener amigos, nos cuesta trabajo tener una relación de pareja, a veces podemos confundir que cuando las personas hablan en un lenguaje muy alto, eso es lo que es el síndrome de Asperger", explicó Ricardo Adair, joven con síndrome de Asperger.
El Asperger nunca ha limitado a Ricardo Adair.
En 2011, Ricardo Adair presentó un juicio de amparo en contra del Gobierno del Distrito Federal y de la Asamblea Legislativa capitalina. Solicitó que se le quite el estado de interdicción, un estatus legal que priva de sus derechos jurídicos a las personas con discapacidad intelectual, y los condena a vivir toda su vida como menores de edad, bajo las ordenes de un tutor.
Con un coeficiente intelectual superior al promedio de las personas que padecen Asperger, este joven quiere que se le reconozcan sus derechos a ser tratado como un adulto, y no como un menor de edad.
"Lo que me limita es no poder manejar un carro libremente, o heredar una propiedad, llevar una cuenta bancaria o tramitar algún oficio, ya sea una tarjeta de crédito, un pasaporte, por ejemplo si quieres entrar a un club, tiene que autorizarlo todo el tutor, como si fueras un menor de edad es lo que maneja el estado de interdicción", señaló Ricardo Adair, joven con síndrome de Asperger.
Este miércoles, por mayoría de votos, 4 a favor y uno en contra, la Primera Sala de la Suprema Corte amparó a Ricardo Adair, para que se le reconozca la capacidad jurídica que tiene para tomar sus propias decisiones, sin la autorización de un tutor.
La sentencia elaborada por el ministro Arturo Zaldivar concluye que las personas con discapacidad que estén en un estado de interdicción tienen derecho a manifestar su voluntad, y a que ésta se respete y acate. Además, la sentencia determina que el estado de interdicción debe ser proporcional al grado de discapacidad de cada persona.
Ricardo Adair se siente satisfecho con la resolución de la Suprema Corte, sin embargo, considera que es necesario que la sociedad mexicana sea más incluyente.
"Hay personas que nos llaman de diferente manera, de una manera despectiva, por ejemplo en el juicio nos llaman incapaces. Luchemos por un México incluyente, la peor discapacidad es no darnos cuenta que todos somos iguales, y que antes de juzgar y criticar a una persona con discapacidad hay que ver sus capacidades y cualidades, no hay que tener prejuicios”, dijo Ricardo Adair, joven con síndrome de Asperger.
Esta es la primera vez que la Suprema Corte reconoce los derechos que tiene una persona con discapacidad, para que pueda tomar sus propias decisiones.
RAR
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