Su madre asegura que Gabriel fue atendido en enero de 2013 por primera vez por una pediatra de Sancor Salud, la prepaga en cuestión. Al mes siguiente comenzó tratamiento fonoaudiológico y en abril el neurolinguístico. Después de varios estudios, en julio le diagnosticaron el TGD. En agosto, la empresa le envió a la familia una carta documento anunciando que suspendía el servicio por presunto falseamiento de la declaración jurada.
“Sancor dice que nosotros omitimos el diagnóstico al momento de la afiliación”, sostuvo Mariño en diálogo telefónico con Perfil.com. “No es así: nos afiliamos en noviembre del año pasado e hicimos los trámites en agosto; en enero era la primera vez que mi hijo se atendía con un médico por este tema”.
La madre explicó que Gabriel tenía problemas previos (“le costaba dejar los pañales, el tema del habla, dormía mal”, enumeró). Los pediatras de su obra social anterior le dijeron que eran “celos y caprichos” por el nacimiento de sus dos hermanas mellizas cuando tenía dos años, entre otras expliaciones. “Nunca antes lo atendieron por este tema, todo se lo detectaron en Sancor”, agregó.
“Cuando me dieron de baja en Sancor fui a OSECAC, que era mi otra obra social, y les pedí que le hagan un resumen de su historia clínica anterior. Dice textualmente que no tenía diagnóstico de TGD, lo único que tenía era un tema del habla”, comentó la mujer a Perfil.com.
Mariño impulsa una petición desde el sitio Change.org para dar a conocer su caso que ya cuenta con más de 50.000 firmas. También realizó el reclamo correspondiente ante la Superintendencia de Servicios de Salud. “Hoy me llegó la resolución: los intima a Sancor a reafiliarnos porque no hubo falseamiento de declaración jurada y dicen que no nos podían cobrar un precio diferencial porque no había preexistencia", afirmó.
"En Sancor dijeron que iban a acatar lo que dijera la superintendencia, pero todavía no hicieron nada. Mientras tanto estoy sin prepaga para todo el grupo familiar”, continuó la madre. “El certificado de discapacidad me lo entregaron hace quince días; si el autismo fuese preexistente ya lo tendría hace rato”, agregó.
“Mi hijo quedó pendiente, está sin poder hacerse los estudios ni las terapias”, denunció Mariño. Perfil.com intentó comunicarse con la empresa por vía telefónica, pero aún no obtuvo respuesta hasta el cierre de la nota.
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