El planetario de Trelew fue escenario del Primer Foro Patagónico de Autismo organizado por la Fundación Angeles
de Cristal, que contó con una gran variedad de ponencias de
profesionales que se desempeñan en tratamientos de autismo. En este
marco, El Diario dialogó con la psicóloga social Patricia Savid,
coordinadora de Equipos Terapéuticos de la Fundación
que organizó el evento, quien se refirió a las resistencias y las
dificultades que atraviesan las familias a la hora de recibir un
diagnóstico de autismo en sus hijos.
Cabe señalar que las detecciones
de dicho trastorno se han incrementado enormemente en estos últimos
años, siendo la prevalencia de 1 en 100 nacimientos y afecta
mayoritariamente a los varones, 4 a
1 en relación con las niñas. Si bien hay distintos grados de autismo,
este trastorno implica principalmente dificultades en el aprendizaje, en
la comunicación y en el desarrollo de vínculos sociales.
De este
modo, Savid indicó que “muchas veces los padres todavía no han
atravesado el proceso de asimilar que tienen un hijo con autismo y esto
interviene en lo que es el abordaje del tratamiento en sí, es decir que
los padres se cuestionan ¿cómo lo voy a llevar a mi hijo al tratamiento
si no tiene nada? Entonces, hasta que no logran atravesar el proceso de
aceptación, es muy difícil abordar el tratamiento.
Esta negación no la
hacen de manera explícita ni con ninguna intención, lo hacen porque es
un proceso el que tiene que atravesar la familia, de aceptación y
acomodación, entonces una vez que se acomodan pueden abordar el
tratamiento que consiste simplemente en sacar turnos y concluir todas
las actividades que tienen que ver con el tratamiento y que la familia
completa está muy involucrada en el tratamiento, porque lo que se
aprende en una hora en terapia, lo deben repetir en la casa en el resto
del día, no es como otras cuestiones que con una hora de especialista
alcanza, tienen que repetir esa habilidad en la casa para poder
integrarla e incorporarla”, teniendo en cuenta que las rutinas son
fundamentales en el tratamiento del paciente, ya que alguna situación
inesperada o fuera de su rutina podría perturbarlos y generar episodios
de violencia, agresión o autoagresión.
Diagnóstico temprano
Cuanto
antes sea diagnosticado el niño, mayores posibilidades de aprendizaje
podrá ir desarrollando, ya alrededor de los dos años suelen darse las
primeras señales de alerta respecto de que el niño no sigue el ritmo de
aprendizaje como otros, sus miradas, sus obsesiones con los objetos, la
falta de lenguaje, entre otras cuestiones podrían ser llamados de
atención para los padres.
Consultada por la edad promedio en que las
familias ya tienen el diagnóstico respecto de lo que les está ocurriendo
a sus niños y que lo aceptan, para poder iniciar el tratamiento de
aprendizaje de habilidades, la coordinadora indicó que entre los 2 y los
6 años suelen aparecer estos diagnósticos, “lo que sucede es que la
sintomatología es mayormente conductual, entonces muchas veces pasan
inadvertidos como nenes caprichosos, algunos tienen un lenguaje básico y
entonces lo que es observable como una conducta inadecuada es un
berrinche y ¿qué niño de 4 años no tiene un berrinche? Entonces muchas
veces pasa como un nene caprichoso o un niño que no le gusta jugar con
otros chicos porque los trastornos son muy leves, por eso a veces cuesta
darse cuenta. Entonces lo que sucede es que la familia se da cuenta
porque compara al hijo con otros nenes de su edad y ven conductas
diferentes, o bien el llamado de atención viene desde la escuela cuando
comienzan el jardín, en los primeros años de la escuela o mismo en el
jardín maternal”.
En primera instancias, las familias se resisten a
aceptar ese difícil diagnóstico que saben que los acompañará de por
vida, que implica un tratamiento cotidiano, “dicen que eso no es lo que
les está pasando a sus hijos, que no entienden lo que les dice el médico
porque hablan en un lenguaje críptico, es difícil entender la
terminología médica si uno no tuvo una relación con un trastorno
previamente, o bien dicen que eso no tiene su hijo o que no es tan así,
entonces van de un médico a otro buscando a ver quién le dice algo
diferente”, concluyó Savid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario