Lo primero que llama la atención cuando se cruza la puerta de la nueva sede de la Asociación ARPA Autismo Rioja son los colores y las fotos. Y es que atravesar esa puerta es, de cierta manera, entrar en un mundo desconocido para una inmensa mayoría, pero muy cercano y próximo para las familias que, día a día, trabajan y se esfuerzan en que la socialización de quienes sufren este trastorno sea una realidad.
La nueva sede y centro de tratamiento de la entidad se ubica en un local de unos 200 metros cedido por el Ayuntamiento en la plaza Martínez Flamarique. Allí se han acondicionado tres aulas -verde, amarilla y azul- en las que medio centenar de niños y adultos tienen un nuevo punto de referencia.
«Lo de los colores es porque en su proceso formativo todo se relaciona con el color y la imagen», explica Valle Vaquero, presidenta de ARPA. Así, hay un día naranja, un día rojo, un día azul, un día amarillo que, con el paso del tiempo, serán el lunes, el martes, el miércoles, el jueves...
«Los espacios a los que acceden, las rutinas, por ejemplo, en el baño... todo se les enseña por imágenes», para que posteriormente interioricen el proceso. Tanto que hasta la cocina con que cuenta el centro se convierte en un espacio educativo: desde cómo se abre y cierra el grifo del agua, hasta cómo prepararse un Colacao. Eso sí, todo presidido por una máxima: orden.
La base de la organización
«En todos los métodos es básica la organización. Un niño coge su tarea, la hace y la deja en su sitio. Si no hay orden se tienden a frustrar, caen en el aislamiento, pierden el interés», explica Vaquero. Por eso, cada uno cuenta con su propia estantería que, como pasa con los días de la semana, ahora son rojo, azul, verde, amarillo y, el día de mañana serán Carlos, Javier, María, África.
Con un equipo formado por profesores, psicólogos, trabajadores sociales, pedagogos, ARPA extiende su atención desde los más pequeños (0-6 años) hasta los mayores de edad que, por sus necesidades, no precisen de una asistencia especial. El trabajo es amplio ya que, junto a una atención puramente educativa o de refuerzo escolar, se les inculcan habilidades sociales, hábitos, costumbres.
Tomás Santos, alcalde de Logroño, se encargó de inaugurar un centro -en el que a la cesión municipal se ha unido la ayuda económica de Caja Rioja, Ibercaja, Caja Navarra, Asociación Autismo España y la Fundación ONCE- con el que, apuntó, «cumplimos con aquello a lo que nos comprometimos al inicio de la legislatura, que es lograr una ciudad con mayor cohesión social». Al estreno del centro también acudió, entre otras autoridades, la consejera de Servicios Sociales, Sagrario Loza.
Un objetivo al que se sumó la presidenta de ARPA, quien destacó que con el nuevo centro -que se suma al piso de respiro de Muro de la Mata y al centro de atención integral para personas con autismo y otras discapacidades afines, Leo Kanner- «vamos a poder relacionarnos más con la gente, que vean que, a pesar de tener una discapacidad, se trata de personas normales y quitar muchos prejuicios sobre el autismo».
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