Por Megan Brooks
NUEVA YORK (Reuters Health) -
Determinar la velocidad con laque el cerebro responde a las imágenes y
los sonidos con unelectroencefalograma (EEG) es un método objetivo para
clasificara los niños en el espectro autista y hasta
permitiríadiagnosticar la enfermedad más tempranamente, según asegura
unequipo de la Escuela de Medicina Albert Einstein de YeshivaUniversity,
Bronx, Nueva York.
Los CDC estiman que uno de cada 68
niños estadounidensespadece un trastorno del espectro autista (TEA). Los
síntomasvarían ampliamente en el espectro autista, desde problemas
levesde comunicación e interacción hasta el deterioro cognitivoprofundo.
"Uno
de los desafíos del autismo es conocer cómo se deberíaclasificar a los
pacientes en subgrupos y hasta cuáles seríanesos subgrupos. Esto limita
nuestro conocimiento del trastorno ycómo tratarlo", dijo a través de un
comunicado de prensa laautora principal, doctora Sophie Molholm, de los
departamentosde neurociencias y pediatría de Albert Einstein.
En
Journal of Autism and Developmental Disabilities, suequipo publica cómo
determinó que el procesamiento sensorialvaría entre los TEA. Su estudio
incluyó a 43 niños de entre 6 y17 años con TEA. Se los expuso a un tono
auditivo simple, a unaimagen (círculo rojo) o a un tono combinado con
una imagen;tenían que presionar un botón lo más rápido posible luego de
oírel tono, ver la imagen o ver y oír ambos estímulos combinados.
Para
obtener un resultado continuo del EEG, losinvestigadores utilizaron 70
electrodos en el cuero cabelludo.Eso permitió determinar la velocidad de
procesamiento de losestímulos de cada participante.
El
equipo detectó una correlación sólida entre la velocidadcon la que cada
niño procesaba las señales auditivas y lagravedad de los síntomas: a
mayor demora, mayor gravedad.
"Esto coincide con los
estudios que demuestran que, en laspersonas con TEA, la
microarquitectura del centro auditivo delcerebro varía con respecto de
la de los niños con desarrollonormal", dijo Molholm.
El
equipo detectó también una correlación significativa,pero más débil,
entre la velocidad de procesamiento de señalescombinadas y la gravedad
de los TEA. El estudio respalda "lacreciente evidencia" de que la
capacidad de los niños autistasde combinar la información auditiva y
visual está "rota", indicóMolholm en un podcast de Einstein. "Y cuanto
más dañada está esacapacidad, más graves son los síntomas autistas".
Para
la experta, este estudio es "un primer paso paradesarrollar un
biomarcador de la gravedad del autismo. Este usodel EEG también serviría
para evaluar objetivamente laefectividad de las terapias para los TEA",
además de favorecersu detección más temprana.
Actualmente,
menos del 15 por ciento de los casos sediagnostica antes de los 4 años
de edad. "Aún no podemosutilizar estas herramientas para diagnosticar el
autismo, peroese es el objetivo", finalizó Molholm.
El Instituto Nacional de Salud Mental financió el estudio.Los autores no poseen conflictos de interés.
FUENTE: http://bit.ly/Y2Ii1y
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