El centro de A Braña ubicado en la parroquia
estradense de Berres lleva desde el año 1988 ofreciendo servicio de
ayuda a personas con el trastorno del espectro autista. Esta iniciativa,
que surge de la Asociación de Pais de Persoas con Autismo de Centros de
Apoio Familiar (Acapaf), es hoy el hogar de ocho personas que viven en
una casa muy familiar donde la naturaleza les ayuda en su día a día.
Estas personas cuentan con un grupo de profesionales día y noche, que
realizan turnos para ofrecer su ayuda en determinadas actividades que
llevan a cabo en su rutina diaria.
El centro cuenta con ocho personas, cuatro hombres y cuatro mujeres que viven los 365 días al año y las 24 horas del día en el centro de A Braña. El día a día en este lugar es equiparable a cualquier hogar familiar con su rutina diaria y todo lo que ello conlleva. La jornada comienza temprano a la hora del desayuno. Los habitantes de la casa cuentan con un servicio buffet de desayuno donde escogen ellos solos lo que más le apetece desayunar. Algunos de los productos fueron elaborados por ellos mismos el día anterior. Siempre con la supervisión de los monitores.
Tras un buen desayuno, comienzan los talleres diarios con el objetivo de fomentar la autonomía personal. Los hay de todo tipo y en todos ellos demuestran sus mejores habilidades, aprendiendo a valerse por ellos mismos. Asisten a talleres de informática, de comunicación, de pintura, de educación continua (donde aprenden a leer y escribir) y también de manualidades. Además, asisten dos días a la semana a la piscina climatizada de A Estrada donde aprenden a nadar.
La presidenta de Apacaf, María José Ferradáns, asegura que la natación "es una de las actividades más importantes para ellos". Una de las actividades que más les gusta es la pintura, y así lo demostró una de las personas que viven en el centro de A Braña, que logró un premio a nivel estatal.
Por supuesto, como cualquier persona de la calle, realizan la compra, tanto en A Estrada, como en Lalín e incluso en Santiago de Compostela, donde normalmente compran la ropa. Además, no se libran de realizar las tareas domésticas. Se trata de una casa que necesita sus cuidados y también ayudan a los cocineros con sus tareas. Les encanta pelar las patatas o las zanahorias e incluso poner la mesa, que ya lo hacen ellos solos.
El centro de A Braña posee una huerta ecológica que deben regar a diario. Este experimento está financiado por la Diputación de Pontevedra y este año probaron a plantar maíz del pais con habas y calabazas. El maíz se lo echarán a las gallinas que cuidan y el resto será para comer ellos en casa. Desde el centro aseguran que "les encanta" la crema de calabaza y que este invierno "harán buenos cocidos".
Las ocho personas que viven en A Braña también pasan tiempo con sus familiares. Generalmente visitan a su familia los fines de semana o en verano, siempre dependiendo de la disponibilidad de sus familiares. Un total de 15 personas ayudan a los autistas en su día a día. Normalmente se necesita un monitor por cada tres personas aunque puede variar por la noche o en la hora de la ducha. La atención es individualizada aunque algunos necesitan más atención que otros.
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