Estudios genéticos sugieren que tienen que sufrir más problemas con los genes que los niños para desarrollar el trastorno
Por Jenifer Goodwin
Reportero de Healthday
MIÉRCOLES, 8 de junio (HealthDay News/HolaDoctor) -- Las niñas podrían ser más resistentes a los problemas genéticos espontáneos que explican algunos casos de autismo en familias sin antecedentes del trastorno, sugieren dos estudios recientes.
Todos portamos cierto número de duplicaciones u omisiones en una o más secciones del ADN, algo que se conoce como variaciones en el número de copias, explicó el Dr. Christian Schaaf, profesor asistente del departamento de genética molecular y humana del Colegio de Medicina Baylor, quien escribió un editorial acompañante. Si se acumulan suficientes, y las duplicaciones y omisiones ocurren en ciertas áreas importantes de los cromosomas, dichas variaciones pueden llevar al autismo y otras afecciones.
En los estudios, publicados en la edición del 9 de junio de la revista Neuron, los investigadores buscaron variaciones del número de copia en muestras genéticas de más de mil familias con un hijo autista que fueron reclutados como parte del proyecto Simons Simplex Collection.
Los trastornos del espectro autista son afecciones del desarrollo neural caracterizadas por una interacción social y comunicación afectadas, intereses inusuales, conductas repetitivas, y en algunos casos discapacidad intelectual.
En los casos en que sólo un hijo de la familia ha sido afectado, especificar nuevas variaciones en el número de copias ha resultado difícil. Los investigadores creían que esto se debía a que la tecnología disponible no les permitía ver el material genético completo con una resolución suficientemente alta para detectar qué había sucedido, apuntó Schaaf.
Los nuevos estudios utilizaron un análisis matricial más reciente de alta resolución para buscar las variaciones en el número de copias que diferían entre el hijo autista y los padres y hermanos sin autismo.
"Antes, era como ver el mapa de EE. UU. La resolución bastaba para ver los estados y las ciudades grandes", explicó Schaaf. "Ahora, la resolución es tan grande que se pueden ver las calles particulares".
En esas "calles", buscaban las mutaciones genéticas que llevan al trastorno del espectro autista en casos "simples", aquellos en que solo un hermano ha sido diagnosticado con el trastorno. Hace mucho que los científicos piensan que estos casos podrían ser distintos de los que llevan a casos múltiples. "Múltiple" significa que más de un hijo de una familia sufre del trastorno, y que la afección parece ser heredada.
Se pensaba que en los casos simples, las nuevas variaciones (que los científicos llaman variaciones "de novo") surgen espontáneamente cuando el bebé es concebido, y que son responsables del trastorno autista, en lugar de variaciones que se transmiten de una generación a otra.
La suposición era que al usar tecnología de mayor resolución, los investigadores detectarían más variaciones en el número de copias, apuntó Andy Shih, vicepresidente de asuntos científicos de Autism Speaks.
Pero los investigadores no encontraron una diferencia llamativa. En el estudio, liderado por investigadores del Laboratorio Cold Spring Harbor de Nueva York, los investigadores encontraron eventos de novo en ocho por ciento de los niños que sufrían de un trastorno del espectro autista, frente a dos por ciento de los hermanos no afectados.
Esto es relativamente coherente con otros trabajos, en que el rango varía de siete a vente por ciento, dijo Schaaf, y añadió que los estudios confirmaron que los niños autistas portan variaciones de novo en el número de copias con una mayor frecuencia que sus padres y hermanos no afectados.
Los investigadores también hicieron algunos descubrimientos interesantes. En este estudio y en un segundo estudio liderado por científicos de la Universidad de Yale, los investigadores encontraron que los niños autistas eran más propensos a tener duplicaciones en el número de copias en un área del cromosoma 7 conocida como 7q11.23.
Investigaciones anteriores han mostrado que las omisiones en la 7q11.23 se asocian con el síndrome de Williams o síndrome de Williams-Beuren, un trastorno poco común en que los niños son hipersociales y no tienen inhibiciones al hablar con desconocidos, además de enfermedad cardiovascular y retrasos en el desarrollo.
"Es algo realmente interesante", apuntó Schaaf. "Parece que cuando falta un poquito, uno es demasiado social, y cuando se tiene demasiado, es antisocial".
Además, se ha documentado bien que los niños son al menos cuatro veces más propensos a sufrir de autismo que las niñas, y la nueva investigación da pistas del motivo.
El estudio liderado por los investigadores del Laboratorio de Cold Spring Harbor encontró que las niñas autistas son más propensas a tener "eventos" de novo, o sea, variaciones más grandes en el número de copias y más genes involucrados en las omisiones o duplicaciones.
Esto sugiere que, genéticamente hablando, hacer que las niñas tengan autismo conlleva más cosas.
"Parece que el genoma tiene que estar más afectado o dañado para llevar al autismo en las niñas que en los niños", planteó Shih. "Eso podría comenzar a explicar algunos de los sesgos sexuales, que los niños sean más vulnerables genéticamente".
Schaaf añadió que, de forma interesante, la mayoría de jovencitos autistas de la Simons Simplex Collection tenían un funcionamiento relativamente alto. Entre los autistas de alto funcionamiento, hay una diferencia sexual aún mayor, anotó.
Pero se ignoran muchas cosas, entre ellas qué podría hacer que los chicos sean más susceptibles, añadió Schaaf.
Además, la investigación hace poco por explicar la gran mayoría de casos de autismo. Investigaciones anteriores han mostrado que entre el cinco y el siete por ciento de los casos de autismo se pueden explicar como un trastorno de un solo gen. Otro cinco por ciento parece ser causado por afecciones metabólicas que afectan el funcionamiento del cerebro.
Las variaciones de novo en el número de copias explican entre el siete y el veinte por ciento de los casos de autismo sin causa conocida. Pero el más de 70 por ciento restante carece de explicación genética.
"Esto no significa que [nunca] conoceremos los factores de riesgo para el 70 por ciento restante. Algunos podrían ser ambientales, algunos podrían ser otro mecanismo genético que no se ha descubierto o que nuestra tecnología actual no nos permite identificar", apuntó Shih.
Añadió que parece que "nos acercamos rápidamente al límite de esta tecnología en particular".
Más información
Para más información sobre los trastornos del espectro autista, viste los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
(FUENTES: Christian P. Schaaf, M.D., Ph.D., assistant professor, department of molecular and human genetics, Baylor College of Medicine, Houston; Andy Shih, Ph.D., vice president, scientific affairs, Autism Speaks; June 9, 2011, Neuron)
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