Brindan consejos útiles para padres y docentes que integrarán a un niño con autismoal aula.
Atento
al pronto inicio de clases y las expectativas de la familia por este
nuevo tiempo de educación formal que por primera vez inician muchos
chicos, consideraban indispensable difundir algunos consejos útiles para
aquellas familias que entre sus hijos cuentan con un niño autista y no
saben qué opción válida afrontar para lo que será el inicio de clases.
Ante
ello, la duda de que un niño autista sea inserto en una escuela pública
o privada fue explicada por el profesional Germán Oviedo, del Grupo
Cedes (Grupo Capacitaciones en Educación Especial) que sigue de cerca
casos de pequeños con trastorno generalizado del desarrollo o TGD.
“Ya
sea en Buenos Aires, Santa Cruz o Santiago del Estero, la posibilidad
de inclusión educativa de un niño que se encuentre dentro de los
Trastornos del Espectro de Autismo (TEA) representa un ‘desafío‘ para
todo el sistema educativo. Desde hace unos años los alumnos con
Necesidades Educativas Especiales, comienzan a beneficiarse de
estrategias planificadas para minimizar las barreras para el aprendizaje
y la participación en contextos educativos ordinarios, como ser la
escuela común”, indicó Oviedo.
El mejor consejo
Sin
duda alguna, la consulta al profesional en TGD y a los mismos padres es
el mejor consejo para aquellos docentes que nunca trataron con un niño
autista.
“Los maestros ‘comunes‘ son durante
todo un año lectivo, pilares del desarrollo y aprendizaje de sus
alumnos, ellos, solos y de manera individual o solitaria, no podrían
construir saberes y competencias. El maestro eso lo sabe, y por ello,
planifica según los intereses y necesidades de sus alumnos”, remarcó.
En
el caso de un niño con TEA, Oviedo subrayó que “los maestros deben
planear una atención inclusiva deben pensar en los recursos necesarios
para que el niño participe, actúe y aprenda. Incluir en este caso es
sinónimo de aceptación de lo distinto, lo distinto no es el niño, sino
sus intereses y sus formar especiales de aprender, de comunicarse”.
Para
que el proceso inclusivo pueda descubrir los aspectos positivos de los
niños con TEA, el profesional remarcó que “el docente necesita valerse
necesariamente de equipos de profesionales que puedan asesorar y
acompañar el devenir educativo de los niños con este tipo de
trastorno”.
El rol del compañero
Seguramente,
una gran pregunta que se harán los padres de un niño autista es querer
saber cómo será la integración del pequeño con sus primeros compañeros
de banco en una clase de educación, ya sea pública o privada.
A
partir de un serio y largo tratamiento del tema, el docente Germán
Oviedo explicó a Nuevo Diario que “la experiencia nos habla de alumnos
inclusivos, capaces de minimizar al máximo las limitaciones de sus
compañeros con TEA. Son esos alumnos los menos interesados en la
condición diagnostica de los niños, casi nunca o muy pocas veces
preguntan sobre diagnósticos”.
Remarcó que
“estos compañeros deben proveerle al niño con TEA experiencias de
interacción, de participación y sobre todo de comunicación”.
El
profesional entendió que “los compañeritos del niños son tan
importantes como la maestra del grado, proveerán de situaciones en las
que se podrá comunicar, podrá interactuar y por sobre todo podrá hacerse
de un esquema de participación activa, incapaz de repetirse en otro
contexto”, concluyó Oviedo, como una manera de dejar en claro como
proyectar una vida saludable para el niño con TEA.
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