A pesar de que afecta a uno de cada 150
niños, el autismo es invisible. Invisible porque no presenta señales
físicas e invisible porque la sociedad no lo comprende y, por tanto, no
lo respeta. Mucha gente ignora en qué consiste o utiliza el término para
insultar a aquel que no se relaciona, por eso la labor de
concienciación es esencial.
Lo que otros niños consiguen de manera
natural, un niño con TEA lo hará con la ayuda de terapias específicas y
mucha paciencia. En los centros dirigidos a este colectivo se utilizan
paneles con pictogramas para que los niños pidan lo que quieren
señalando y agendas de actividades como forma de anticipación. En
Vínculo la mayor parte del tiempo la pasan jugando. Esther Medraño
explica que "el juego tiene una connotación social, sirve para aprender
reglas, para respetar, para elegir, para simbolizar y para generalizar".
Pero
las personas con autismo no sólo se ayudan de estrategias específicas
para mejorar su desarrollo, también necesitan ser contemplados por la
sociedad. Algo tan sencillo como unificar los símbolos de las puertas de
los baños públicos, al igual que se universalizan los pictos de las
autopistas, sería un avance para mejorar la calidad de vida de este
colectivo. La gente cree que son raros y que hacen cosas raras y eso
hace que no se les tenga en cuenta, olvidando que la diversidad forma
parte de la naturaleza humana.
Esther Medraño asegura que las redes
sociales están siendo una gran herramienta para difundir información
sobre autismo y que muchos padres consultan en internet cuando perciben
las primeras señales de alarma. En el blog "Alto alto como una montaña"
ella y Olga Lalín escriben sobre el autismo para ayudar a otros a
comprender este trastorno. Ambas confiesan que al principio es muy duro,
porque "mientras las demás llevan a sus hijos al parque tu llevas al
tuyo a un centro de atención temprana", comenta Olga Lalín. Pero cuando
superó el duelo le vinieron "las ganas de hacer, de sensibilizar", y
ahora escribe para concienciar al resto al tiempo que canaliza su
tristeza.
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